Lamentablemente, hay muchos políticos que padecen del síndrome severo e incurable de la campañitis crónica, sin importarles en lo más mínimo la tragedia que hoy viven miles de mexicanos.
A estos enfermos, les resulta imposible abstenerse de hacer promoción personal, pese a que la sensibilidad de la gran mayoría de los mexicanos está a flor de piel.
Parece que no entienden que los mexicanos antepusieron absolutamente todo para ayudar de forma anónima, sin importarles la ausencia de cámaras y reflectores al momento de jugarse la vida entre los escombros o cuando donaron parte de sus pertenencias en algún centro de acopio.
Esta vez, desde Andrés Manuel López Obrador y Enrique Ochoa, pasando por Rafael Moreno Valle y Martha Érika Alonso, hasta llegar a diputados y regidores, mostraron que sus ambiciones políticas están muy por encima de las labores altruistas que imperaron en el ánimo de miles de mexicanos.
Las fotografías que de manera espontánea aparecieron en redes, en donde ancianos, campesinos y niños acudieron a entregar víveres en los centros de acopio, contrastan con la promoción que a través de su cuenta de tuitear realizaron personajes como los antes mencionados.
En el caso de quienes exigen a través de change.org que los partidos políticos donen sus prerrogativas para la reconstrucción de México, ignoran que ese dinero no le pertenece a los líderes de estos partidos, ya que al ser dinero público, no lo pueden utilizar para otra cosa que no sea la que contempla la Ley Electoral.
La única forma para poder utilizarlo para la reconstrucción es regresándolo a las arcas federales para que éstos los destine el Congreso a las dependencias correspondientes.
Esto lo saben perfectamente AMLO y Ochoa; saben que estarían incurriendo en una desviación de recursos, lo cual implica un delito.
Sin embargo, AMLO anunció que ese fondo será del 20 por ciento de sus prerrogativas, calculando que esto le genera una campaña gratuita más redituable que si ese dinero se destinara para una campaña tradicional.
Ya hasta anunció que intelectuales y periodistas "honestos" serán los que vigilen el uso de esos recursos.
Por su parte, Enrique Ochoa siguió un camino distinto y pidió que Hacienda le autorice el utilizar "legalmente" ese dinero en favor de los damnificados.
En realidad, las dos son positivas demagógicas, que solo buscan plusvalía electoral.
La que tampoco pudo contener su ansiedad política fue Martha Erika Alonso, quien se sacó fotos en un supermercado comprando víveres, diciendo que iría con su esposo Rafael Moreno Valle a entregarlos personalmente a Izúcar de Matamoros.
Y aparecieron muchos más; la lista de diputados haciendo lo mismo es interminable.
¿Qué no pueden evitar hacer una obra benéfica sin sacarse la foto y subirla al tuiter?
Evidentemente, padecen un síndrome severo de campañitis crónica.
Y para nuestra mala suerte, es incurable.