Lo dicho, la encuesta fantasma de Morena para elegir al coordinador estatal y por ende, virtual candidato a gobernador, venía sesgada en favor de Luis Miguel Barbosa.

Desde el pasado viernes, en esta columna les adelanté que Alejandro Armenta ni siquiera había sido medido y que pese a que muchos ya daban como candidato a Enrique Cárdenas, el vencedor sería Barbosa.

Es evidente que la única encuesta de Morena es la que se hace en la mente de Andrés Manuel López Obrador y que ante sus resultados, no existe nada ni nadie que pueda cuestionarla.

Las muchas cualidades de político que marcan a Barbosa, también se mezclan dos puntos que generan muchas interrogantes en torno a su candidatura.

La principal es que pese a que la encuestadora de Morena bajo las órdenes de Gasparín, no solo no existe, sino que se rige sin el más mínimo sentido común, decidieron darle la candidatura a un personaje sin arraigo local y que nunca ha ganado una elección. De ahí la pregunta: ¿Cuánto le aporta a AMLO un candidato desconocido y sin estructura?

Y la otra, que por razones obvias resulta incómodo tocar, pero que es un tema obligado por tratarse de un candidato a gobernador. La amputación de una pierna por un cuadro crítico de diabetes no es un tema menor que deja otro cuestionamiento en el aire: ¿Podrá y tendrá la capacidad física para soportar una campaña tan demandante cómo será la de 2018?

Por lo demás, hay que decirlo, Barbosa es un hombre de muy buena capacidad negociadora y con relaciones políticas nacionales del más alto nivel.

Para fortuna de Morena, todo indica que no habrá deserciones de los otros aspirantes, toda vez que tanto Armenta como Cárdenas, salieron a reconocer y aceptar  el nombramiento de coordinador estatal del partido, sumándose abiertamente al proyecto de AMLO.

Y aunque sea muy reciente la siguiente columna, vale la pena retomarla justo el día en que se destapó nuestro vaticinio.

Contracara 20/10/2017

La basura democrática de Morena

Lo dicho, la encuesta de Morena es un fraude para que el dedo lopezobradorista imponga a quien se les ocurra.

De entrada, la supuesta encuesta no incluyó a Alejandro Armenta y decidieron que fueran Luis Miguel Barbosa y Enrique Cárdenas los que jugaran esta ruleta rusa.

En este juego sucio, similar al que Monreal y Sheinbaum escenificaron en la CDMX, Morena armó un nuevo teatro en Puebla, en el que los tres personajes definidos por el Comité Directivo Estatal del partido lopezobradorista fueron la comparsa para que se sumaran los perfiles de los que a la postre saldría el candidato.

En este esquema, Morena tomó la decisión de llevar a la final a Barbosa y Cárdenas, de entre quienes saldrá el abanderado de este partido.

Sin Armenta en la puja, Morena parece decidido a cargarle el peso de la elección gubernamental a López Obrador, pese a que el mismo líder y dueño del partido había dicho que no cargaría con ningún candidato.

Pese a que la tendencia de los opinadores políticos se inclina en que será Cárdenas el ungido, la realidad es que Luis Miguel parece estar más vivo que nunca, con claras posibilidades de ser el candidato.

Al margen de que sea Barbosa o Cárdenas, lo que es evidente es que el partido que se postula como el gran impulsor de la democracia en México, es el promotor de la nueva política del dedazo.

Y pensar que son los grandes críticos de los procesos de elección de candidatos en el PRI y el PAN.

Todos son la misma basura.

Con la designación que conoceremos en los próximos días, les confirmaré mi teoría.

Y efectivamente, ayer ratifiqué mi teoría.