En plena recta final para definir a sus candidatos, hasta la noche de ayer no había nada claro en el PRI nacional, pese a que desde el viernes creció la versión de que Jorge Estefan será el candidato a gobernador por el tricolor.

La emisión de la convocatoria la noche de ayer, representa el banderazo final para conocer a quién será el contendiente de Luis Miguel Barbosa y Martha Erika Alonso para apoderarse de las llaves de Casa Puebla.

Si bien es cierto que la posibilidad de Estefan por su cercanía con Meade existe, también es un hecho que la popularidad de Enrique Doger y la estructura de Juan Carlos Lastiri se sigue valorando por la cúpula del PRI.

Y es aquí en donde no hay que darle vueltas al asunto, en el partido tricolor sólo hay dos personajes que palomean las candidaturas a gobernador y ellos son Enrique Peña Nieto y José Antonio Meade.

Y hasta la noche de ayer ninguno de los tres se ha reunido con estos dos personajes, ni con el presidente del CEN del PRI.

Lo que sí es real, es que cuando menos uno de ellos ya fue citado la mañana de este día, quizá para escuchar las palabras que le digan que será candidato, o para solicitarle se someta a la decisión celestial.

Es cuestión de horas para conocer al candidato del PRI, aunque muchos ya dan por hecho a Estefan.

No hay que olvidar que hace dos semanas otros daban por hecho que Doger era el bueno.

En esta rueda de la fortuna electoral, todo puede suceder y más con las extrañas formas de hacer política en el PRI.

La cargada azul

No me explico cómo Eduardo Rivera haya aceptado participar en una elección abierta a la base panista, sabiendo que ese padrón de militantes está controlado por el grupo morenovallista. Salvo, que esté pactado el mismo procedimiento para la alcaldía en la que terminará adueñándose de esa candidatura.

Sobra decir que así será.

Lo que sí, es que en la estatal le van a meter casi un zapato a Lalo Rivera para dejar en claro que no hay mejor carta que la esposa del ex gobernador.

No sé hasta dónde lo pactó o lo midió Lalo, pero la humillación puede ser de tamaños insospechados.

No sería la primera vez que Moreno Valle ordena humillar en público a Rivera Pérez.

Sin duda, sonaba mucho más justa y real una encuesta, pero era un riesgo que jamás correría Rafael y menos tratándose de su esposa.

Así las cosas, basados en este método donde al viejo estilo PRI, los panistas van a definir candidato, tenemos que Martha Erika tiene más amarrada su aparición en la boleta por el PAN que el mismísimo Luis Miguel Barbosa por Morena.