“Todos coludos o todos rabones”, así reza un dicho que sintetiza la importancia de que la ley se aplique de manera pareja para todos y en función de ello me gustaría que este día todos los hombres y las mujeres levanten la voz y se solidaricen también contra aquellos varones que han sido violentados.
Sí, también los hombres pueden ser víctimas de la llamada violencia política de género.
Pareciera que es un asunto privativo de las mujeres y hoy en Puebla tenemos un caso que ejemplifica perfectamente un caso contrario.
¿O acaso, llevarle a un candidato una canasta de blanquillos hasta su oficina –para retarlo–, no es una violencia de género?
Como usted seguramente lo sabe, ayer por la tarde, la candidata a presidenta municipal por el Partido Verde, Paola Migoya, tomó a bien llevarle una “invitación” para realizar un debate a su contrincante, Eduardo Rivera. Hasta ahí todo iba bien. Lo cuestionable es la forma.
Resulta que la “invitación”, como se observa en las fotografías, fue entregada en una canastita que también contenía algunos blanquillos para insinuar que al exalcalde le falta valor para participar en un encuentro de ideas.
Si bien Rivera Pérez se ha caracterizado por ser un mesurado político, habría que preguntarle si ya se encuentra redactando, o al menos planeando la denuncia por violencia política de género, porque sí, aunque algunos lo duden, los hombres también pueden ser víctimas de violencia política de género.
Y esta vez, por increíble que parezca, la agresora es una supuesta activista y defensora de la equidad de género.
Lo que alguien le debe explicar a la señora, que cuando utilizas tus ventajas de género y las aprovechas para ofender al que tiene una condición de sexo distinta, está incurriendo en un acto de violencia.
Y que una mujer haga uso de esa condición para aludir a un hombre, en lo que todos entendimos como una supuesta falta de huevos, es violencia política de género, por donde se le vea.
¿Qué habría hecho Paola Migoya si Eduardo Rivera le responde, llevándole un delantal para decirle que mejor se vaya a su casa?
Paola se tiraría al piso y no se la acabaría Eduardo.
Pero ahora que fue al revés, ¿le ofrecerá una disculpa pública la señora Migoya por sus exabruptos sexistas?
Veremos y diremos.
PRD sale en respaldo de Roxana
Luego del zafarrancho que se armó por el apoyo que “algunos” cetemistas le brindaron abiertamente a la candidata Martha Erika Alonso y de que algunos priistas como Jesús Morales Flores se convirtieran en promotores de la panista, hubo versiones que aseguraron que en las negociaciones el PRD habría sacrificado la cabeza de Roxana Luna a fin de beneficiar a Karina Romero –hija de Blanca Alcalá– en el distrito 12. Según el PRD, nada más lejano de la realidad.
Anoche, durante una entrevista que Jorge Benito Cruz Bermúdez, concedió a Destrozando la Noticia fue enfático en que dichos trascendidos eran falsos, incluso la propia Karina Romero Alcalá había salido por la mañana a reiterar que no había ninguna negociación bajo la mesa.
Si bien Roxana Luna y el morenovallismo tuvieron una lucha férrea y continua, es claro que la candidata –quien se encuentra en una lucha muy cerrada por el distrito 12– tejió lazos distintos con Martha Erika Alonso.
Y este nuevo affaire es resultado de los eternos aceleres del líder de la CTM, Leobardo Soto, quien nuevamente queda en entredicho, pues aunque jura lealtad al PRI, de todos es sabido que tanto la Confederación como él, se vieron altamente beneficiados con el morenovallismo a través de las plataformas AUDI y la Ciudad Modelo.
Leobardo se ha beneficiado del tricolor y del sistema gracias a su cercanía con Carlos Aceves del Olmo, pero por desgracia el líder nacional de la CTM no se ha dado cuenta que en Puebla habita un minicacique que hace con el sector obrero, una franquicia personal.
Y las dudas sobre la fidelidad de Soto Martínez al partido tricolor continuarán, alimentadas por su propia boca. Ayer aseguró que su voto sería mayoritariamente para los candidatos de su partido, menos para Juan Carlos Lastiri –con quien sostiene nuevas rencillas–, es obvio que tampoco votará por su excompañero de partido Alejandro Armenta, con el cual también tiene añejas diferencias.
Ante ello la duda mata, ¿a quién entregará su voto al senado? ¿Será acaso para el PAN?