Sólo se necesitó un mes para que terminara el proyecto del partido “Sumando por Puebla” que encabezaban Enrique Cárdenas y Gabriel Hinojosa, el cuál sabíamos que no tenía posibilidades de subsistir, sin embargo, se esperaba que al menos llegaran a enero de 2020 tratando de obtener su registro local. Estos paladines de la democracia terminaron tirando la toalla ante el Instituto Electoral del Estado y ya se supo que no harán ni las asambleas.
Lo que viene ya lo podemos ir adelantando, tras este fracaso, Cárdenas se va a presentar como el gran personaje de la política al interior del PAN para vender espejitos asegurando que él y sólo él debe ser el candidato a la presidencia municipal de Puebla en el 2021.
Les dirá que los votos que obtuvo en la capital, lo convierten en el candidato de mayor potencial, pensando que olvidarán su desprecio a las siglas del partido blanquiazul y en general hacia todos los partidos.
Si bien es cierto que el PAN ganó en la capital, también es un hecho que los resultados obtenidos el pasado 2 de junio mostraron más el rechazo a los gobiernos municipales encabezados por Morena, que por una empatía con el ex rector de la UDLA.
En esa lógica, el plan futuro de Cárdenas no toma en cuenta que las condiciones al interior de Acción Nacional serán muy distintas a las de este 2019. El ex candidato ya no va a pasar por la libre, para las elecciones intermedias sin duda los liderazgos pelearán con uñas y dientes las candidaturas que en su momento despreciaron.
En dos años, el blanquiazul tendrá el tiempo necesario para sanar heridas y buscar la unidad.
Para 2021, Enrique Cárdenas tendrá que verse frente a frente con Lalo Rivera, Humberto “El Tigre” Aguilar, Jorge Aguilar, el propio Luis Paredes, sin descartar a Ana Teresa Aranda, bajo la lógica que si el PAN ve que las condiciones en la capital son favorables, con el pretexto de la equidad de género, el espacio se podría dar a una mujer como ocurrió el año pasado en Morena.
Pero regresando al intento de partido, no sé dónde tenían la cabeza cuando Cárdenas e Hinojosa pensaron que sí podían lograr un registro ante el INE.
Si partimos de la base de que en 2018 cuando el exrector quiso ser candidato independiente no logró conseguir ni 10 por ciento de las firmas que requería, menos iban a lograr hacer las asambleas para legitimar el registro de un nuevo partido.
Su organización Sumamos no deja de ser un grupo de amigos que se reúnen en Profética para intentar arreglar el mundo, pero con menos fuerza que un Sidral.
Es cierto que se vale soñar, pero hasta para soñar hay límites.