En los últimos 4 años Puebla ha vivido 4 diferentes procesos electorales. En 2015 la elección federal de diputados y la local de presidentes municipales y diputados locales.

En 2016 fue la elección para la llamada mini gubernatura. En 2018, como usted recordará, se eligió todo: presidente de la República, senadores, diputados federales, diputados locales, gobernador y presidentes municipales. Finalmente este año se realizó la elección extraordinaria para gobernador.

Y aunque parezca muy pronto ya empiezan los movimientos en los partidos de cara a la elección intermedia de 2021. En el calendario de los Institutos Electorales dentro de un año ya habrá iniciado el proceso electoral.

Lo que se juegan los partidos en esa elección será literalmente de vida o muerte. Puede ser en algunos casos la última llamada. Esto aplica tanto a nivel nacional como estatal.

El PRI buscará mantener algunos de los municipios que actualmente tiene y dar la sorpresa en alguno de los municipios grandes que perdió. Se ve difícil, están divididos y tiene pocos personajes con arrastre electoral. En la ciudad de Puebla se dice insistentemente que el candidato será Melquiades Morales. Así de exitosa es su formación de cuadros nuevos.

Respecto al Congreso lo mejor que les puede suceder es mejorar en una o dos curules su raquítica bancada.

Acción Nacional está entusiasmado con los números que en la zona conurbada les dejó la elección de este año con Enrique Cárdenas como candidato. En su caso hay más nombres que, en principio, podrían tener posibilidades. Jorge Aguilar Chedraui, Eduardo Rivera, Humberto Aguilar Coronado y Ana Tere Aranda son algunos de ellos. En el interior del estado le apuestan a que algunos alcaldes de Morena sigan con su incapacidad esperando que el día de la elección la gente se los cobre. Buscarán alianzas por donde sea, aun cuando puedan ir en contra por completo de sus principios, como aliarse con el PRI por ejemplo.

El caso de Morena no es menos complicado. A nivel legislativo requieren mantener o agrandar su mayoría para poder consolidar las reformas del presidente López Obrador y el proyecto de Luis Miguel Barbosa. Perder la mayoría que actualmente tienen puede implicar el fracaso o incumplimiento de ambos proyectos. Con todo lo que eso significa de cara al 2024.

Respecto a los presidentes municipales no hay uno solo que hasta el momento se pueda decir que está teniendo una administración exitosa. Gobiernan los municipios más importantes pero eso, actualmente, quizá sea más un lastre que una oportunidad.

Además un elemento que complica las cosas es que por vez primera tanto diputados como presidentes municipales podrán reelegirse y en el momento de la elección de candidatos eso puede desatar intensas guerras internas que mermen las posibilidades de triunfo.

Parece que falta mucho pero los tambores de guerra empiezan a sonar en varios lugares.

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1.- Siguen los embates en contra del rector Alfonso Esparza, es una guerra que a nadie conviene.

2.- Mucho ruido y pocas nueces, así podría llamarse la telenovela del aumento al pasaje del transporte público.

3.- Definitivamente soy de una generación marcada por las canciones de José José. Muchas noches, copas, amores y desamores en mi vida lo tuvieron como soundtrack.