¿Usted se acuerda del comandante de la Policía Municipal Ángel García González?
En el mes de agosto del año 2016 ostentaba el cargo de jefe de juntas auxiliares, adscrito al sector 4 de la corporación.
Entre el día 9 y 11 de agosto de ese año, las redes sociales como YouTube, además de diversos medios de comunicación, mostraron al servidor público paseándose desnudo en las instalaciones del sector 4 de la policía municipal.
El video fue tomado por una mujer elemento de la misma corporación, que dijo estar cansada de tanta exhibición por parte del mando, a quien no pueden acusar por estar protegido por el director de la policía municipal de aquel entonces.
Este servidor público gozaba de pasearse como Dios lo trajo al mundo, sin el más mínimo recato.
La historia de lo que ocurrió después de ese video es aún incierta, lo cierto es que este comandante acaba de ser nombrado a cargo de la vigilancia del primer cuadro de la ciudad, con lo que la secretaria de Seguridad Ciudadana, María de Lourdes Rosales Martínez, anunció va a blindar el centro histórico, con la presencia de más de 100 policías y de 30 patrullas que recorrerán toda la zona.
El problema central en las filas de la policía municipal de Puebla es que han pasado muchas administraciones municipales y ninguna ha tenido la ocupación de depurar a la corporación para ir eliminando a los malos elementos.
Pero lector no debe preocuparse también pasa en la policía del estado.
A pesar, de este pequeñísimo inconveniente, se espera que el comandante Ángel García González, se haya olvidado de mostrar su cuerpo y se dedique a sacar el crimen organizado que opera en el primer cuadro de la ciudad de Puebla.
Corrupción, en vialidad estatal
Le comparto otra queja que llegó a este espacio. El comandante Benjamín Castell es señalado por un par de ciudadanos que trabajan entre Veracruz y Puebla por abusos de autoridad y hasta presuntos actos de corrupción.
En resumen, le cuento que un comerciante fue víctima de un intento de extorsión por parte de los policías estatales de vialidad en la región de Tlatlauquitepec, primero le pidieron una televisión nuevecita, después ya no la quisieron y decidieron llevarse dos de sus camionetas al corralón.
Aunque la ley estipula que la multa debía ser menor a los 2 mil 500 pesos, en los primeros 5 días, a la víctima le exigían un pago de 6 mil pesos para entregarle uno de los vehículos y poco más de 4 mil pesos para devolverle el otro.
Los agentes que infraccionaron al ciudadano por traer los vidrios polarizados, carecer de una placa y no portar la licencia de manejo, dijeron que parte de los 6 mil pesos que solicitaban era para cubrir la cuota que pide Benjamín Castell.
Por si usted lo olvida, Castell González, fue removido de la región de Tecamachalco por cachetear a otro ciudadano, finísima persona pues.
Nos vemos cuando nos veamos