Una vez más marcharon las mujeres, una vez más protestaron contra la violencia cotidiana que sufren, una vez más intentan hacer visible el grave problema, una vez más un pequeño grupo hizo destrozos, generó violencia y una vez más nos desviamos del tema central para discutir sobre esto último y nos alejamos de lo que mucho nos debiera preocupar a todos.
Sobre los destrozos y la violencia que un pequeño grupo hizo no es descartable que provenga de grupos desestabilizadores que buscan cualquier pretexto, cualquier marcha con cualquier tema para provocar a la sociedad y a las autoridades.
Por otro lado, es entendible el enojo, la furia de mujeres que en su persona o en la de alguien cercana han sufrido agresiones sexuales teniendo como respuesta la burla, la negligencia, la revictimización, culpables que nos son castigados y en general nulo acceso a la justicia. Sin ir más lejos está el caso de Abril Cecilia Pérez Sagaón quien fue asesinada por su exmarido el pasado lunes 25 mientras la marcha sucedía. Un hombre que ya había estado preso por intento de feminicidio y que fue puesto en libertad porque un juez reclasificó el delito como violencia doméstica.
Circula en redes un texto muy fuerte y crudo de Paola Olguín llamado “Lo quemaría todo” que habla de esta furia de mujeres que son víctimas una y otra de vez de algunos hombres y de la justicia.
Recientemente el INEGI reveló que casi un millón de poblanas han sufrido violencia sexual a lo largo de su vida. Una cifra de terror.
Y aun así nos negamos a reconocer el tamaño del problema, la urgencia de enfrentarlo urgentemente entre todos, porque hay que insistir en que el problema no es sólo de la autoridad, es un problema de educación y valores.
Aquí no se vale decir, yo no tengo nada que ver. Aquí es imprescindible hacer un alto honesto y reflexionar sobre nuestro papel en ese tema. ¿Cómo estamos educando a nuestros hijos?, ¿Cómo tratamos a las mujeres a nuestro alrededor?, ¿Qué estereotipos de la cultura machista seguimos utilizando sin pensar, sin darnos cuenta?
Todos debemos hacer nuestra la consigna de la marcha: ni una más.
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1.- En el proceso para nombrar a Francisco Romero Serrano se volvió a perder la oportunidad de tener procesos claros y transparentes para elegir a quienes dirigen los organismos que cada vez son menos autónomos. Ya fue Félix Cerezo y ahora Francisco Romero.
2.- Habrá que estar muy pendientes del proceso de reducción de la nómina del gobierno del estado. Se va a adelgazar en un 15 por ciento. Sí, que se vayan todos los aviadores y aquellos que no cumplan debidamente con su trabajo, pero que no haya una cacería a trabajadores cumplidos sólo por haber estado en otras administraciones. Que haya transparencia.
3.- Cuando el río suena… todo indica que Puebla se quedará sin equipo de fútbol profesional.