Peter Singer y su libro Liberación animal son la principal influencia del movimiento animalista. Singer se opone a lo que llamó especismo: la discriminación a un ser vivo por el sólo hecho de pertenecer a una determinada especie. Defiende el derecho a una igual consideración de todos los seres capaces de sufrir.

Otros ensayos de Singer como Ética práctica (Ediciones Akal, 2009) o Taking life: humans (Practical Ethics, 1993) nos ayudan a entender la filosofía animalista. Para Singer un caballo o un perro en su pleno vigor, es sin comparación, un animal más racional, y más dialogante, que un niño de un día, o una semana. El ideólogo del animalismo afirma que matar a un bebé recién nacido no es equivalente a matar a una persona, es decir, un ser que quiere seguir viviendo. Para Singer el dolor es malo, y cantidades similares de dolor son igualmente malas, sin que importe a quien le pueda doler, ya que para él el sufrimiento es equivalente en cualquier tipo de animal; por el contrario, el placer es buenos sin importar de donde provenga o quién lo tenga.

El enfoque animalista procede de filosofías budistas y otras tradiciones afines provenientes de Oriente que enseñaban la no violencia y el apego a la vida de todas las criaturas. En el siglo IV a.C. el persa Zaratustra prohibió los sacrificios de bueyes en Persia. Una cita tomada del blog animalista de la Agrupación para la defensa ética de los animales ayuda a entender sus objetivos reales: “la tradición judeo-cristiana-islámica de Occidente desvirtúa y desprecia nuestra relación con los animales” (véase http://blog.pucp.edu.pe/blog/adea/2006/08/25/historia-del-movimiento-animalista/).

Zaratustra prohibió los sacrificios de bueyes en Persia en el siglo IV a.C.

El animalismo es un producto netamente urbano, nacido de la humanización de las relaciones entre las personas y sus mascotas, y extendido al conflicto más general entre el ser humano y el resto de las especies de la tierra. Los animalistas han recurrido a corrientes gnósticas como el tantrismo budista, el taoísmo o a movimientos posmodernos como New Age para tener un mayor sustento. Estas corrientes aspiran a una vida armoniosa, pacífica, de alegría y rica en emociones espirituales.

Los movimientos animalistas esconden la muerte y el sufrimiento. Es común que los norteamericanos utilicen el eufemismo he passed away, es decir, dicen “se fue lejos” o “pasó” para no decir “murió”. Pero eso no sucede en México, ni en España. Al respecto, Carlos Fuentes comentó: "Mexicanos y españoles tenemos el privilegio, pero también la carga, de entender que la muerte es vida. O sea: todo es vida, incluyendo a la muerte, que es parte esencial de la vida.”

Francis Wolff en el documental un filósofo en la arena dice en tono pesimista: “¿No es cierto que ahora ocultamos la muerte como a una enfermedad vergonzosa? Nuestra época secularizada exalta una existencia libre de riesgos, una juventud eterna, una vida sin muerte. Lo humano es acompañar la muerte del animal respetado con un ritual o una ceremonia expiatoria.”

Y casi al final de la película, el filósofo Wolff se lamenta: “Nuestras sociedades productivista prefieren la muerte en los mataderos mecanizada e industrial. Muerte fría y oculta. En ese mundo de violencia aséptica yo no quiero vivir.”

La próxima semana analizaremos las diferencias entre el animalismo y una ecología responsable.