No hay medio de comunicación, café, restaurante o mesa de políticos que se pueda sustraer al tema que desde la semana pasada atrapó la Agenda setting: los feminicidios en México.
Al caso de Ingrid Escamilla siguió el de Joselyn en el Estado de México y continuó con el de la pequeña Fátima en la Ciudad de México.
Las conversaciones y el análisis del tema pasan por muchos ángulos, pero hay uno que se reavivó: la difusión de videos e imágenes de las víctimas que terminan por re-victimizar a las mujeres y por lacerar, aún más, a familiares y deudos.
En el rechazo social, nació la iniciativa para twittear, junto a la etiqueta #IngridEscamilla, imágenes diferentes a las difundidas para saciar el morbo de algunos y “atraer” más clics. Se trató de una de las propuestas más replicadas en redes sociales, en los últimos días.
Quizá por ello, el exsecretario de Gobierno y hoy diputado federal, Fernando Manzanilla, decidió dedicar su segunda videocolumna al anuncio de una iniciativa para multar y sentenciar hasta con 5 años de cárcel “a quienes difundan imágenes y videos relacionadas con los feminicidios y homicidios en particular la divulgación por parte de policías, peritos o funcionarios públicos”.
La ya bautizada #LeyEscamilla –que aún ni siquiera está presentada ante la Cámara de Diputados- es sin duda, una legislación necesaria para evitar la re-victimización de las mujeres y de los hombres que mueran de forma violenta.
Sin embargo, la duda carcome. El caso de Ingrid Escamilla, por desgracia, no ha sido el único feminicidio en Puebla donde diversos servidores públicos y medios de comunicación, compartieron imágenes de las víctimas.
Como secretario de Gobernación, Fernando Manzanilla contó no sólo con una exposición mediática importante, sino también con la facilidad de presentar una iniciativa ante el Congreso local, que como se recordará, es morenista en su mayoría, por lo cual, podría avalarse esa ley con un alto consenso.
Y es aquí donde uno cuestiona si el interés de Manzanilla Prieto al señalar: “La violencia contra la mujer debe parar ya. Cuentan conmigo para hacer lo que esté en mis manos para lograrlo. Nunca más una más”, es auténtico o sólo se trata de un tema que sabe que le dejará alta rentabilidad política.
Un punto a su favor, es el reconocimiento que hace, en el mismo video, de la urgencia por reducir los altos niveles de impunidad en el país. Ojalá en breve también lo veamos proponiendo una iniciativa que sancione ejemplarmente a todos los agentes que voluntaria o involuntariamente hacen que los procesos de impartición de justicia sean tan deplorables en México.
Y llegó ContraRéplica
Arropados por el gobernador Miguel Barbosa, la alcaldesa Claudia Rivera, el presidente del Congreso Gabriel Biestro y el del Tribunal Superior del Estado Héctor Sánchez; Toño Grajales, Mario Alberto Mejía y un equipo de periodistas presentaron el primer número de ContraRéplica.
El impreso, aseguró Mario Alberto, apostará por recuperar la buena prosa y por el periodismo de investigación, dos retos nada sencillos de cumplir en una era donde la declaracionitis, los dijónimos y las redes sociales se imponen a cada segundo.
Para Toño Grajales, el proyecto, es “como un hijo” y aun cuando se trata de su incursión en el mundo de la prensa impresa, el tema no le es ajeno, su abuelo Luis M. Farías, fue director de El Nacional.
En tanto el gobernador, Miguel Barbosa, sostuvo que la llegada de este nuevo medio de comunicación a Puebla refrenda su compromiso con la libertad de expresión, la libertad a la crítica y al dar la bienvenida a este y nuevos proyectos periodísticos, sostuvo que en su gobierno no habrá emisarios ni personajes oscuros.
En hora buena por la sana competencia que encabezan Toño Grajales como director General y Mario Alberto Mejía como director Editorial; sin duda serán un referente para las franquicias de ContraRéplica que aún están por inaugurarse en Quintana Roo, Veracruz, San Luis Potosí y el Estado de México.