En Santa Ana Xalmimilulco —epicentro de la crisis que vive Puebla tras la ejecución de cuatro personas: tres estudiantes universitarios y un conductor de la plataforma Uber—, todos saben qué grupo delictivo es quien se adueñó de la plaza desde hace meses, ante la pasividad de la autoridad municipal y mandos de la Fiscalía General del Estado.

Se trata de la banda conocida como Los Chilangos, integrada por unos 30 sujetos que hasta julio del año pasado estuvo comandada por un ex policía municipal, a quien se le conoce como El Ricky, detenido en 2019 por su probable participación en el levantón y ejecución del ex delegado de la Secretaría General de Gobierno, Luis Fernando Tinoco Fernández.

Los habitantes de esa comunidad viven con temor por el creciente comportamiento sanguinario del grupo que ha dado muestras de crueldad respecto de sus víctimas: “antes te asaltaban, amarraban y te aventaban a cualquier lugar despoblado; ahora te matan si es que no traes (dinero) lo que se supone que debes tener”, confió una voz anónima y temerosa de lo sucedido el fin de semana.

Los restos de Tinoco Fernández fueron encontrados en un pozo utilizado como fosa clandestina por el grupo delictivo, en donde además fueron hallados los restos de otras tres personas en la tercera semana de julio pasado.

El ex delegado de la Secretaría General de Gobierno, ejecutado por sus captores y el líder de la banda tenían un vínculo con el ex edil que ahora goza de fuero en su calidad de diputado del Movimiento Ciudadano: uno era su cuñado, el otro fue reclutado como policía uniformado en su trienio.

Curiosamente, El Ricky fue uno de los elementos uniformados que formó parte de la Policía Municipal en tiempos del edil y quien ahora en su condición de diputado local, en medio de la crisis y la repulsa social en contra de la administración estatal, encontró la forma de sacar ventaja política.

En su página de Facebook el legislador tuvo el cinismo de pedir al “Gobierno de México y al Gobierno de Puebla” su intervención #PorUnaPueblaSegura, cuando él como ex edil de Huejotzingo conoce la problemática derivada del surgimiento de grupos criminales.

En algo tiene razón el ex edil de Huejotzingo: la autoridad municipal fue rebasada... desde que él mismo estuvo al frente de la comuna. Conoce y supo de información precisa: la conformación y operación de al menos otros dos grupos delictivos a quienes se les conoce como Los Guasones y Los Pasteleros, estos últimos originarios de un municipio vecino, Chiautzingo

Las manifestaciones protagonizadas por estudiantes y gente que se solidarizó con la causa estudiantil a partir de la ejecución de los jóvenes Ximena Quijano y José Parada, originarios de Colombia; de Francisco Tirado, de Xalapa, Veracruz; y del conductor de Uber, José Manuel tienen un origen: la complacencia de las autoridades municipales consecutivas en ese municipio, a las del lenguaraz diputado del Movimiento Ciudadano.

Bien haría Carlos Morales en coadyuvar en la indagatoria: nombres, vínculos, cabezas de grupos y métodos para operar en la región de estas bandas que se dedican a la extorsión, secuestro, robo y huachicol. No hacerlo lo pone en un papel peculiar, es cómplice u omiso y en cualquiera de los dos escenarios, resulta en una conducta criminal.