Este jueves los universitarios se juegan el todo por el todo en las calles. La mega marcha a la que han convocado será histórica y precisamente por ello, los reflectores locales, nacionales e internacionales estarán sobre ella. Entre otras cosas, estará en juego la legitimidad del movimiento estudiantil que nació de manera pura, con dos reclamos centrales: justicia tras el asesinato de cuatro personas, tres de ellas estudiantes de medicina y más seguridad para todos los universitarios.
Los reclamos de justicia y seguridad han sido abrazados por gran parte de la sociedad quien ha respaldado el movimiento estudiantil. Los automovilistas que pasan por la facultad de medicina, lo mismo suenan el claxon, que reparten alimentos y bebidas a quienes pasan las madrugadas cuidando las instalaciones de la BUAP.
El movimiento estudiantil rompe con todas esas marchas "ciudadanas" de los últimos años que claramente muestran intereses de algunos políticos.
En esta columna hemos señalado que es también un movimiento expuesto a que los intereses de grupos internos y externos se infiltren para dinamitar la fuerza de los jóvenes.
Si los universitarios permiten que personas ajenas a su movimiento original cambien el rumbo de los reclamos iniciales o que dirigían las acciones a tomar, sin duda, estarán perdiendo una oportunidad histórica y lanzando por la borda tanto el esfuerzo de los estudiantes como la apertura de las autoridades estatales y universitarias, se convertiría pues, en una guerra política.
Si por el contrario, logran mantener un movimiento genuino, serán el parteaguas que Puebla necesita.
En la marcha que se prevé multitudinaria, los liderazgos deberán ser lo suficientemente fríos y maduros, para evitar que grupos porriles, subversivos o extremistas, saquen raja del tema, sabiendo que tendrán la atención de los medios locales, nacionales e internacionales.
Seguridad y justicia jóvenes, todo lo demás rompe con la naturaleza del reclamo original.
¿Aún vive el PRI?
Ayer cumplió 91 años el Partido Revolucionario Institucional y a propósito de su aniversario me preguntaba, ¿qué le queda al PRI, a ese ex partidazo?
A nivel federal el tricolor aún tiene a sus senadores y diputados federales, así como una bancada local, pero aun cuando se trata de legisladores de carrera, conocedores del oficio parlamentario, su distancia con la sociedad, se acrecienta.
Tanto en el Congreso de la Unión como en la entidad, hemos visto que el PRI se ha convertido en el voto útil de Morena. Para muestra un ejemplo, en la elección del Fiscal Carnal en Puebla, los legisladores del tricolor le dieron su voto a Gilberto Higuera, han sido sumisos y entreguistas.
Cómo puede aspirar el PRI a resucitar en las próximas elecciones de 2031 si en los pocos espacios que hoy poseen, actúan como comparsa y no como oposición.
Veremos si la llegada de Nibardo Hernández, representante de Antorcha Campesina, a la coordinación de la bancada del PRI, hace del tricolor una oposición más firme.