La pandemia del Coronavirus ha generado caos y llamados de auxilio desde diferentes frentes. El personal médico del IMSS solicitó a gritos insumos y equipos para atender a los enfermos. Gobiernos pidieron a la federación recursos y autorizaciones para poder ingresar pruebas y respiradores mecánicos al país. Algunos sectores de la sociedad exigieron apoyos para evitar la quiebra de sus negocios.
Entre todo el mar de solicitudes, existe una que poco se ha observado.
Ayer, personal que atiende las áreas administrativa y de servicio médico del Cereso de San Miguel lazó un S.O.S. para pedirle al gobierno del estado y a la dirección de Ceresos que les doten de Equipos de Protección Personal para atender a los internos, principalmente a los de nuevo ingreso.
El llamado se hizo luego que se conoció que una de las personas que entraron recientemente a la población carcelaria, pasó por las entrevistas en las siete áreas obligatorias, sin medidas de precaución sanitaria y dio positivo al Coronavirus. Por la noche se confirmó que en el penal de la capital suman 16 contagiados.
Sin embargo, el sub director técnico Heberto Epigmenio Limón Sánchez, prefirió amenazar a los y las trabajadoras del Cereso antes que brindarles las caretas, guantes, cubrebocas y demás insumos que se requieren para poder garantizar la salud de los trabajadores.
En pocas palabras, les dijo que si quieren protegerse, compren ellos mismos sus materiales y que si no les gustan las condiciones de trabajo, pueden renunciar.
Si usted se pregunta, qué le da valor para tratar a si a sus subordinados, déjeme contarle que Heberto Epigmenio Limón también se desempeñó en Chiapas como el secretario de Seguridad Pública, Raciel López. ¿Ahora entiende por qué se siente intocable?
El maltrato laboral se suma a una cadena de abusos como el no permitir que personal de confianza con diabetes, cardiopatías o mayores de 60 años, se acojan al decreto del gobernador. Limón Sánchez fue enfático, se les requiere en el Cereso.
Aunque la falta de insumos dentro del Servicio Médico del Cereso de San Miguel que atiende a la población femenil y varonil, es histórica, una muestra del poco interés de las autoridades es que desde noviembre no han arreglado el esterilizador, un aparato que se utilizaba para desinfectar los instrumentos de las consultas odontológicas. Sobre la solicitud, existe al menos una docena de oficios.
Una treintena en riesgo
Actualmente en el Cereso laboran casi 30 personas en estas dos áreas, el personal médico se divide en tres jornadas para atender a las y los reos: de 9 de la mañana a 5 de la tarde, del mediodía a las 20 horas y la guardia nocturna que aplica de 8 de la noche a las 8 de la mañana del día siguiente.
En tanto, los administrativos se presentan de lunes a viernes de 9 de la mañana a las 18 horas.
El consentido
Aunque las condiciones precarias también las padecen los internos, existe una persona privada de su libertad que recientemente ingresó a San Miguel pero que goza de protección especial, este reo, familiar de un directivo, sí cuenta con un espacio físico independiente para evitar algún contagio.
¿No que todos coludos o todos rabones?