Sí, el tricolor aún vive en Puebla y según el delegado del PRI, Américo Zúñiga Martínez, en menos de tres meses tendrá un nuevo dirigente estatal.
Amén de conocer quiénes serán las o los candidatos para llevar las riendas del Revolucionario Institucional desde este año y hasta el 2023, habrá que ver si logran revivir a un partido que desde 2010 está en coma.
Los retos son muchos, el principal será demostrar que pueden dejar de ser oposición y convertirse en una opción sería para los ciudadanos en las elecciones de 2021, donde el congreso estatal y los ayuntamientos estarán en juego.
Pareciera algo menor pero no lo es. Hoy Morena y sus aliados tienen el Congreso a sus pies, son ellos quienes aprueban o rechazan sin mayor problema cualquier iniciativa, incluso aquellas donde no se favorece a los poblanos.
El PRI, y sus representantes, deben rescatar esa experiencia política que sí tienen para ser una verdadera opción, claro está, siempre y cuando decidan dar la batalla y no convertirse en comparsa del partido en el gobierno. ¿Lo harán?
Veremos y diremos.
La demanda policíaca
Desde las primeras horas de ayer, los policías estatales se declararon en paro ante las pésimas condiciones de trabajo bajo las cuales laboran.
Más allá de las manos ocultas que puedan existir detrás del movimiento, lo verdaderamente grave es que los policías vivan con un paupérrimo salario, nulo equipamiento y que la invasión chiapaneca los venga a humillar despachándose con todos los puestos directivos y relegando a los poblanos a ser sólo tropa.
¿Acaso entre todos los poblanos no hay elementos honestos y capaces, que puedan ser directivos en la Policía Estatal Preventiva?
Sin excusar a quienes deciden sumarse a las filas del crimen organizado o vivir de las mordidas, habría que preguntarnos si por un sueldo de 7 mil pesos, menos impuestos, usted estaría dispuesto a exponer su vida, a abandonar a los suyos por 24 horas continúas o a restar de su miserable pago una fuerte cantidad para comprar uniformes e insumos.
Al margen de la guerra de comunicados entre el gobierno del estado y de la capital, yo prefiero pensar que lo de ayer obedeció realmente a un gesto de solidaridad de gremio. Quiero creer que a los municipales, les nació la idea de donarles sus desayunos para demostrarles su apoyo y camaradería a los hombres y mujeres con quienes muchas veces, se juegan la vida.
De ser así, crecería en mi mente la imagen que tengo de los uniformados de ambos bandos, y que a diferencia de sus altos mandos, ellos sí entienden que están juntos en los peores combates, mientras los jefes se empecinan en mantener vida una batalla estéril.
Estamos en lo peor… no importa cuándo lo leas
Ayer por enésima ocasión el subsecretario Hugo López-Gatell dijo que estamos en los peores días de la pandemia por coronavirus en México.
Más allá de que esta declaración la ha expresado en diversos momentos y que nada nos garantiza que no vuelva a repetirla en el futuro, lo que resulta inexplicable es que estando en el momento de mayor contagio, se retomen actividades, como las giras presidenciales o que se concluya la Jornada Nacional de Sana Distancia.
El anuncio de un semáforo unificado y los llamados a la “nueva normalidad” sólo generaron que los poblanos, decidieran retomar los paseos en el zócalo o reabrir negocios que no son considerados esenciales.
Habremos de conocer este miércoles cuáles fueron los temas que en concreto abordó el gobernador Miguel Barbosa en la reunión entre el subsecretario y los mandatarios del país para analizar, nuevamente, el avance de la pandemia.
De entrada ya tenemos claro que no será un solo semáforo para todo el país y que Puebla junto con los estados de la Megalópolis, tendrán uno propio.