En las elecciones de 2021 Morena tendrá dos grandes adversarios: los que se sumen a “la BOA” y los propios morenistas, sí, así como lo lee, uno de los retos del joven partido de López Obrador será no destrozarse antes de llegar a las votaciones intermedias.
Aún no inicia formalmente el proceso electoral y los grupos, o mejor dicho, las tribus, de Morena ya comenzaron a despedazarse.
Las acusaciones e investigaciones en contra de la exdirigente nacional, Yeidckol Polevnsky por el pago de 395 millones de pesos a un empresario amigo suyo para hacer remodelaciones de edificios presuntamente inexistentes, retomarán fuerza en estos días, cuando Alfonso Ramírez Cuéllar, actual presidente nacional del partido guinda, presente la denuncia formal, como lo advirtió.
De corroborarse este desvío de recursos públicos, habrá que ver cuál es el cauce de las investigaciones, ¿aplicará AMLO realmente la ley a secas y sus dichos sobre castigar cualquier acto de corrupción “caiga quien caiga” o simplemente inventará una excusa para defender los malos manejos de dinero del pueblo bueno?
Los golpes por debajo de la mesa ya se observan, acusaciones sobre expulsiones a personajes que ni militantes son y descalificaciones entre los que suspiran con algún cargo en 2021, comienzan a ser constantes.
Los morenistas juran que mantendrán el bono de confianza que disfrutaron en 2018 cobijados por la ola lopezobradorista, sin embargo omiten el descontento social con los resultados de sus legisladores y gobiernos, lo que sin duda hace peligrar seriamente sus aspiraciones.
En este contexto, de estire y afloje, se dará la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador el próximo miércoles quien tiene programados dos eventos en el estado, además de la acostumbrada mañanera.
¿Pondrá orden Andrés Manuel entre sus huestes con frases como “serenos, morenos” o como es su costumbre prenderá fuego para que arda Troya?
Veremos y diremos
Un rojo que parece verde
Los insistentes llamados del gobernador Miguel Barbosa a respetar las medidas de confinamiento y evitar así, la propagación del coronavirus, difícilmente se verán acatados.
Si bien las dos industrias automotrices más importantes de la entidad reajustaron sus calendarios y acataron el decreto emitido el viernes pasado, lo cierto es que entre la población en general cada día se ve más diluido el concepto de “Quédate en Casa”.
Hablar del uso de cubrebocas, el lavado constante de manos y mantener la sana distancia, resulta ocioso entre un segmento de la población que insiste en realizar fiestas, partidos de futbol, violar el Hoy No Circula y salir a pasear.
Y precisamente la falta de estas acciones desde el inicio de este mes, ocasionó que ayer Puebla fuera el mal ejemplo en la conferencia vespertina. El subsecretario de salud, Hugo López-Gatell informó que la entidad se encuentra en rojo, estable, es decir, que no ha logrado contener ni disminuir la tasa de contagios. Mientras esta cadena no se rompa, el riesgo de que colapsen los servicios hospitalarios es mayor.
Y por increíble que parezca, en plena crisis y con el contagio sostenido, el presidente López Obrador vendrá de gira a Puebla.
¿Estamos locos?