El presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Miguel Barbosa encontraron líneas discursivas convergentes respecto de la oposición política que busca con afán el regreso al poder.
El llamado Bloque Opositor Amplio (BOA) en México y Puebla adquirió rostro ayer, en las palabras de ambos correligionarios.
Cada quien por su parte, con matices delinearon a quienes operan desde diversas trincheras y a la mala en contra el proyecto de la Cuarta Transformación.
En Tlaxcala, a las 8:00 de la mañana el tabasqueño dijo que para Acción Nacional nada está bien: becas, apoyos ni medicinas gratuitas para gente pobre, por lo que votaron en contra en la Cámara de Diputados y que “dos características tienen los conservadores: son hipócritas y muy corruptos”.
En Puebla en donde este miércoles estará el ejecutivo federal, su correligionario Barbosa llamó a sus detractores “profesionales de la mala fe, la mentira y que viven de la carroña social”.
Ambos protagonistas de la alternancia política en México viven su propia circunstancia, rodeados de opositores y de traición.
Diversos grupos movidos por intereses económicos, políticos y personales medran en espera del momento para perpetrar el golpe mortal.
No es la oposición que busca a través de recursos legales persuadir a la sociedad de regresar sobre la conveniencia de retornar al régimen del pasado, sino a la otra, la que de acuerdo con el académico de la Universidad Iberoamericana, Juan Luis Hernández Avendaño, busca el poder incluso a través de ilegalidades como un golpe de estado.
Quizá por ello quien había sido vocero de la campaña de Barbosa en 2019, Carlos Meza haya aparecido en esa innoble lista de personajes que con frecuencia tiran la descalificación para defender cotos del pasado.
Como otros que pretendieron ganar asientos de privilegio en el proyecto de Juntos Haremos Historia, pasó a detractor furibundo, pues sus recomendados en Infraestructura, Seguridad Pública, DIF estatal y Consejería Jurídica no están en las mejores condiciones.
El abogado que vivió mejores momentos en el pasado no es el único de una larga lista de actores de la vida pública que buscan desabarrancar al gobernador en turno, el mismo que había extendido la mano a gente como Fernando Manzanilla Prieto, uno de los promotores de las persistentes campañas de odio, agazapado como ha sido su peculiar estilo.
En esa misma tesitura se hayan los que financian campañas de desprestigio a cambio de salvar el pellejo por la inminente aplicación de la ley.
La retórica de López Obrador y de Barbosa Huerta tiene un origen: la puya constante, virulenta y delirante de quienes vivieron de los privilegios del duopolio oligopólico: el Partido Revolucionario Institucional, el Partido Acción Nacional y sus apéndices, todos claramente identificados.
***** Carta Aclaratoria *****