Durante sus últimas giras por Tabasco y Veracruz, el presidente López Obrador ha cosechado lo que ha sembrado, una división intestina entre los mexicanos. En Puebla, su visita número 10 también se realizará con un ambiente altamente polarizado y hostil.
Cual focas un sector de la población continúa aplaudiendo las decisiones del tlatoani, pero otra gran parte de las y los poblanos, se encuentra francamente decepcionada con el actuar del habitante de Palacio Nacional. Y es justo ahí donde brinca la pregunta ¿Cuál será la Puebla que reciba a AMLO?
Es claro que durante sus actividades en la XXV Zona Militar, Andrés Manuel estará perfectamente cuidado, no sólo por los elementos del Ejército Mexicano, sino también por los periodistas nacionales a modo, que su propio equipo de prensa aprobó.
Lo más que podremos observar ahí, serán las protestas del personal sanitario en la entrada de las instalaciones militares.
Sin embargo, su recorrido por Cholula podría ser menos terso. El autodenominado FRENA que ha convocado a las protestas en vehículos, llamó nuevamente a la acción.
Al margen de ver el resultado tanto de la convocatoria como de la reacción de AMLO frente a los reclamos sociales, también debo subrayar la impertinencia de la visita del presidente a Puebla.
Cómo quiere no tiritar los ánimos, si viene justo cuando la entidad se encuentra en el color rojo más intenso que el Semáforo Covid pueda emitir.
En estricta teoría, la gira no podría realizarse. Ni esa, ni ninguna actividad o evento público.
En medio de la crisis más fuerte en materia de salud de los últimos cien años, ni en sueños cabe la idea de un mitin en una plaza pública, pero como ya lo ha demostrado el presidente, él tiene otros datos e impondrá su santa y maldita voluntad.
Y que las y los poblanos se rasquen con sus propias uñas y que tras su visita vean cómo resuelven la saturación de hospitales ante el crecimiento de los casos de coronavirus que se registran en la entidad.
Está claro que la campaña ya comenzó para López Obrador y ninguna pandemia —así cobre miles de vidas— evitará que él haga lo que más disfruta: ser el eterno candidato.
¿Irresponsabilidad o mala suerte?
Es verdad que un gran número de poblanos no contaron con los recursos suficientes para quedarse en casa durante la cuarentena y subsistir, sin embargo existe otro sector de los trabajadores que sí gozaron de un sueldo seguro y a pesar de ello decidieron violar el confinamiento.
En la Auditoría Superior del Estado se tomaron las medidas pertinentes para romper con la cadena de contagios. El propio titular, Francisco Romero, informó que mantendrían actividades esenciales y que la mayoría del personal realizaría sus labores a través del home office.
Al tratar de regresar a la normalidad, la ASE aplicó exámenes a 190 burócratas, nueve de ellos dieron positivo al Coronavirus, lo que hace suponer que algunos de estos debieron salir de casa y contagiarse.
Ahí es donde se presume una irresponsabilidad, porque a sabiendas que tenían un sueldo y que había una indicación sanitaria, violaron la cuarentena. Ahora se encuentran aislados y por el bien de todos, esperemos que esta vez sí respeten el confinamiento.
Veremos y diremos.