El panorama de la tauromaquia ante la pandemia parecería desolador. Las plazas de toros cerradas. Una precaria situación económica para quienes viven alrededor de la fiesta brava. Y, en España, un gobierno que, por ideología, discrimina a los taurinos. Además, vemos movimientos animalistas con poder económico intentando manipular a la población para estigmatizar las corridas de toros.
Cuando Winston Churchill asumió el cargo de primer ministro de la Gran Bretaña en 1940, le dijo a sus conciudadanos: "No tengo nada que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor". Dado el momento de perplejidad que estamos viviendo, parecería que a los aficionados a los toros nos espera lo mismo que pronosticaba Churchill: blood, toil, tears and sweat.
Los artistas son creativos por naturaleza. En épocas de incertidumbre es cuando surge la inventiva y se crean obras maestras.
El propio Churchill justificaba que se escenificaran obras de Shakespeare en medio de los bombardeos diciendo: “Si sacrificamos nuestra cultura, ¿alguien puede explicar para qué hacemos la guerra?” Después, aseguraba que la Gran Bretaña había derrotado a los alemanes por no haber cerrado los teatros.
La incertidumbre no es negativa. La incertidumbre es propia de la fragilidad humana. Para la filósofa estadunidense Martha Nussbaum un buen ser humano implica la capacidad de confiar en cosas inciertas, en situaciones que van más allá de nuestro propio control.
En medio de la pandemia, el jueves 23 de julio 2020, Tauromaquia Mexicana (TMX) presentó el libro ¿Por qué es vigente la tauromaquia? Una obra con doce ensayos de pensadores mexicanos que reúnen calidad y riqueza argumentativa. Estos trabajos son el producto de un concurso de ensayo taurino organizado por TMX a finales del 2019. Recibieron 150 trabajos. Es decir, en torno a las corridas de toros, cientos de mexicanos fueron capaces de imaginar, argumentar y escribir. Y una organización en donde la mayoría de sus colaboradores trabajan pro bono, fue capaz de darle forma y traducir esos ensayos en un libro que no sólo defiende, sino que difunde en forma inteligente la más bella de todas las fiestas.
Por si esto fuera poco, FCTH, otra organización que fomenta los valores culturales de la tauromaquia en Hispanoamérica, se ha dado a la tarea de digitalizar y publicar obra taurina. Según me explicaba Oskar Ruizesparza, la biblioteca digital de FCTH cuenta con un acervo cultural de más de treinta libros que, en forma gratuita, están al alcance de aficionados alrededor del mundo. Entre los grandes logros de esta organización que preside el ganadero Juan Pablo Corona, está la publicación de parte de la obra de José Francisco Coello, uno de los investigadores taurinos más importantes en los últimos cincuenta años.
Albert Camus dice en su novela La peste: “…algo se se aprende en medio de las plagas: que hay en los hombres más cosas dignas de admiración que de desprecio”.
Ante la incertidumbre podemos reaccionar con miedo o con esperanza. La esperanza es lo inverso del miedo. La esperanza se expande y avanza, el miedo retrocede. La esperanza es vulnerable, el miedo es auto protector.
Aunque los desafíos que nos esperan a los taurinos no tienen precedentes, el trabajo imaginativo e intelectual nos hacen ver hacia el futuro con esperanza. El objeto de la esperanza no es lo seguro, por eso es vulnerable; el objeto de la esperanza es lo nuevo. La esperanza, como virtud, se refiere a un bien arduo e incierto que sólo descubrirán quienes acepten el bello riesgo de aventurar su propia vida.