Se llama Mario Alberto N, en estos momentos forma parte de la población de internos del Centro de Mediana Seguridad del Cereso de Tepexi de Rodríguez, tiene 22 años, y está acusado por múltiples delitos, entre los que destacan el homicidio, contra la salud, asociación delictuosa, además de ataques a servidores públicos y otros más.

Mario Alberto es adicto a diversos tipos de drogas, cómo la heroína, cocaína, además de crack o piedra, adicción que lo llevó a pararse en un mal lugar y en un peor momento, luego de verse involucrado en la muerte de un mando de la policía municipal de Puebla, ocurrida hace ya más de un año en un picadero de droga al sur de la Ciudad.

Nuestro personaje fumaba una de tantas dosis de crack, cuando el mando policiaco se apersonó al negocio de venta y consumo de alcaloides. Llegó por su "mochada", pero quiso la mala suerte que se enfrascara en una pelea por causas de una mujer.

En cuestión de segundos, quienes custodiaban el negocio ilícito, pero protegido por la policía, sacaron armas de fuego y dispararon contra el mando policiaco, siendo uno de ellos quien le asestó un tiro en la cabeza y lo privó de la vida.

Tras el sonado crimen, el picadero de drogas fue rodeado por diversas corporaciones de policía tanto del municipio como del estado, siendo detenidos los Implicados en el homicidio, lo mismo que poco más de 20 consumidores de drogas, que se encontraban en el interior del negocio.

Mario Alberto fue uno de estos detenidos, de Los adictos que estaban en mal lugar y en un peor momento. Todos fueron conducidos a la Fiscalía General del Estado, y sin excusa ni pretexto fueron acusados de todos los delitos que el lector se pueda imaginar, menos el de la falta administrativa de consumir drogas, que era en realidad lo que estaban haciendo.

Todos los implicados, inocentes o no, en este homicidio, fueron trasladados al Cereso de Tepexi de Rodríguez, donde la gran mayoría enfrenta procesos, sin que exista la más mínima prueba en su contra del delito que se les acusa, vaya, ni siquiera les hicieron la prueba para saber si habían o no disparado alguna arma.

Mario Alberto antes de ser detenido, contó que llevaba cerca de cinco años de dedicarse al consumo de drogas, empezó desde adolescente con el cigarro y el licor y fue escalando estimulantes, hasta llegar al grado de perderse en el consumo del crack, encerrándose en picaderos donde no se percataba si era de noche o de día, o cuánto tiempo llevaba.

Hijo de un matrimonio de empleados del Gobierno de Puebla, Mario Alberto llegó al penal de máxima seguridad, donde de entrada, tuvo que aprender a disminuir el consumo de drogas, a grado tal de que ya cumplió más de un año que no sabe lo que es fumar crack o consumir algún estimulante.

La familia de este joven de 22 años de edad, a través de su abogado, mantienen una reyerta legal para poder demostrar su inocencia, pero también están convencidos, que, a Mario Alberto, no lo pudieron ayudar albergues para atención de adictos a las drogas como sí lo benefició encontrarse preso en un penal donde tuvo que aprender otra forma de vida, donde se vio obligado a dejar las drogas.

La historia de este interno se bifurca con la de otros más, que tratan de demostrar su inocencia, de acusaciones por delitos que no cometieron, donde solamente tuvieron la suerte de estar en un mal lugar y en un peor momento.

Nos vemos cuando nos veamos.