El gobernador estará de nuevo ante los reflectores nacionales, esta vez encabezando un bloque de homólogos que sirva como muro de contención ante los ataques que arreciarán por parte de los mandatarios que conforman la Alianza Federalista.
Según lo anunciado por el propio gobierno estatal, Barbosa Huerta “promoverá un diálogo con sus homólogos para hacer valoraciones políticas nacionales y lograr acuerdos que mejoren las condiciones socio-económicas del país”.
En otras palabras, será el vocero de un grupo de gobernadores del Sur-Sureste del país para responderle de tú a tú los mandatarios que se oponen a las puntadas del presidente Andrés Manuel.
Sin duda para Miguel Barbosa esta nueva encomienda será un día de campo. En lo público escucharemos un día sí y otro también, sus coloquiales frases que a más de uno darán de qué hablar; en lo privado, el cabildeo y los acuerdos serán comunes, como lo fueron durante su paso por el Congreso de la Unión.
Barbosa conoce y muy bien las entrañas de la política nacional, mantiene buena relación con importantes liderazgos en casi todos los partidos. Aquí y allá dejó regados operadores que saben tejer fino para alcanzar los consensos que urgen.
No hay duda que Miguel Barbosa puede ser una excelente opción para revirar los golpes contra AMLO y fijar las posturas que dicte la federación, sin embargo, la interrogante es si López Obrador será capaz de escuchar por un momento a quienes quieren ayudarle.
El presidente ha demostrado reiteradamente que su terquedad y obstinación son sus principales debilidades y con ello, cada que alguien de su gabinete o círculo cercano intenta ayudarlo, termina por enemistarse con él y mandarlo a su rancho.
Sin duda, el mayor reto de Barbosa será refrendarle diariamente al presidente que está de su lado, que los conservadores no lo han coaptado y que las recomendaciones son de buena fe.
¿Podrá AMLO ceder un poco de su protagonismo y aceptar que alguien más, que no sea él, acapare los reflectores nacionales?
Veremos y diremos.
Diputados sin independencia
Por años nos hemos quejado de que los diputados federales son los políticos menos comprometidos con los ciudadanos, que una vez que llegan a San Lázaro prácticamente es imposible volverlos a ver en el distrito que representan y que sus votos lejos de atender a las demandas sociales, sólo responden a los intereses de grupos o de sus partidos políticos.
Una vía para romper con este mal son precisamente las candidaturas ciudadanas, sin embargo en Puebla se han puesto tantas trabas que es prácticamente imposible acceder a un puesto de elección popular por esta vía, quizá por ello, este 2020 ningún poblano se aventuró a tratar de llegar a la Cámara Baja.
Ayer el INE informó que no recibió ninguna manifestación de intención por parte de los independientes para ser diputada o diputado federal por el principio de mayoría relativa, una noticia triste sin duda porque nos advierte que nuevamente en 2021 seremos rehenes de los partidos políticos quienes, como larines, entregarán candidaturas a personajes sin arraigo para completar la cuota de votos y mantener las jugosas prerrogativas.
Ni más ni menos.