La última y nos vamos”. Esa frase desafortunadamente será aplicada literalmente para cientos de personas que en estos días se están arriesgando a contraer la enfermedad Covid-19.

Y para ellos nada más hay que darse una vuelta por calles del centro histórico y centros comerciales.

Ya lo dijimos en anteriores entregas: La economía y fiesta, vencieron a la prudencia.

Pareciera que todos nos sentimos inmunes.

Sin embargo, un poblano ha muerto cada hora en promedio desde que llegó el primer caso a Puebla de un contagiado del nuevo coronavirus SARS-CoV-2, el 10 de marzo.

Hasta el 20 de diciembre, según cifras federales, se han registrado oficialmente en Puebla 44 mil 51 personas contagiadas, 5 mil 452 de ellas han perdido la batalla

Pero las cifras del gobierno del estado, aún son aún mayores.

Y las cifras negras, muchísimo más.

En promedio 165 personas diariamente se han contagiado, desde aquel el 10 de marzo.

Pero estas cifras siguen siendo nada para los poblanos, quienes abarrotan los centros comerciales por la urgencia de las compras navideñas.

Cierto, con este comportamiento la economía no colapsará al menos en estas semanas, pero es una bomba de tiempo para que suceda en unos meses más.

El estallido de esta bomba, se podría registrar en enero, según los vaticinios, luego de las fiestas navideñas.

Y es que serán muy pocos los poblanos que no se reúnan realmente sólo con las personas que viven en sus casas.

Habrá fiestotas, eso salta a la vista desde ahora.

Muchos pensarán: “todos nos protegemos”, “no pasa nada”, “estamos sanos”, “lo haremos con las medidas sanitarias”.

Sin embargo, lo cierto es que el riesgo estará ahí, para todos y cada uno.

Lo angustiante y aunque suene catastrófico, no todos sobrevivirán.

Lo malo, es que muchas de esas personas terminarán con covid-19 y otras más morirán.

Los poblanos al parecer ya decidieron: La última y nos vamos.

Sin embargo, aún estamos a tiempo.

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Muchas felicidades, pase una fiesta de navidad tranquila en familia cercana y que en el 2021 la tragedia termine.

Fuerte abrazo y los mejores deseos.

¡Cuídese!, ¡piénselo!, ya habrá tiempo de festejar.

Ya falta menos.