Son tres elementos de la policía estatal que se encuentran comisionados al municipio de Acatzingo, además que el Gobierno de Puebla, a través de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), les mando dos de sus modernas patrullas, con radios y todo, pero que no sirven para la seguridad de los habitantes.
Uno de estos tres policías, dos oriundos del Estado de Morelos y un tercero de Tehuacán, fueron enviados a Acatzingo, una vez que Raciel López Salazar, fue ungido como secretario de la SSP y que se estableció con todo su equipo de chiapanecos corruptos.
Los policías estatales que antes estaban, a decir de los vecinos, si realizaban su trabajo de prevenir delitos y hacer frente a la delincuencia, pero los cambiaron porque no convenía a los intereses de Raciel y su grupo.
Fue cuando los índices de inseguridad aumentaron, sin causar la más mínima importancia de los tres policías, que prefirieron pasarse su tiempo en el Tik Tok, que realizar vigilancia y se hicieron cómplices por omisión en la serie de asaltos, atentados, ejecuciones y otros delitos de alto impacto de grupos criminales.
Uno de estos tres elementos, el de Tehuacán, fue incluso nombrado comandante de la policía municipal y ni así los uniformados hicieron caso a la inseguridad en la que vive Acatzingo.
Es más, ni siquiera se preocuparon por avisar a sus superiores que estaban totalmente rebasados por el crimen organizado, como para que les enviaran esfuerzos.
A fin de cuentas, se comieron todo el pastel de la corrupción y ahora es más difícil controlar a los grupos que a granadazos y balazos se disputan la plaza.
Nos vemos cuando nos veamos