Se trata de un custodio que además de “patrón” se hace llamar “Wolter Banda”, quien de manera conjunta con el comandante Gregorio Flores Cervantes (a), “El Chiquilín”, se dedican a la venta de protección y al cobro de piso de internos del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cholula.
Los dos servidores públicos se aprovecharon de la salida del Secretario de Seguridad Pública (SSP), Raciel López Salazar, para comenzar cobros a dueños de negocios lícitos o ilícitos para que pudieran funcionar, además de vender protección a internos de reciente ingreso.
Al interior del penal de Cholula no pasan alimentos, ropa, bebidas e incluso drogas si estos dos custodios no dan el permiso correspondiente, pero este se entrega una vez que les pagaron diversas sumas de dinero.
En ese Cereso existe en este momento una mujer que quedó como encargada de despacho, que no conoce el funcionamiento de los centros penitenciarios, por lo que ni siquiera se ha dado cuenta de lo que está ocurriendo al interior, donde las víctimas son internos y los familiares de estos mismos.
Los familiares tienen que pagar para poder ingresar a las visitas, los internos tienen que pagar para que les den el permiso de ver a sus familiares, ahí toda cuesta, hasta el saludo.
Los internos que al interior del penal tienen actividades comerciales como tiendas y papelerías, deben pagar el permiso para poder vender. En caso contrario les clausuran y sus negocios los entregan a otros internos que sí les den lo que piden.
Ambos custodios han sido acusados por abuso de autoridad, pero las investigaciones en su contra se encuentran detenidas por alguna razón hasta el momento desconocida.
Nos vemos cuando nos veamos