De confirmarse los resultados preliminares que hasta esta noche festeja el equipo de Augusta Díaz de Rivera estaríamos ante la llegada y consolidación de un nuevo grupo político en el PAN: el riverismo.
El abierto y franco apoyo de Eduardo Rivera a Tití (y Marcos Castro) fue la “pinche señal” que guió a los panistas en la elección de este domingo, donde Genoveva Huerta buscaba la reelección.
El triunfo, que habrán de refrendar las autoridades electorales, no representa necesariamente una derrota para el grupo morenovallista que en los últimos días de la contienda interna sufrió fracturas.
De ninguna manera se debe leer como la aniquilación de ese grupo político que ciertamente se ha visto sumamente mermado desde diciembre de 2018, con el fallecimiento de Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso.
Los resultados reflejan la supervivencia de los panistas, quienes consideraron que en este momento el alcalde capitalino es la figura más representativa de Acción Nacional en Puebla y quien puede, en un momento dado, darle rumbo a la elección de 2024, donde la gubernatura del estado será “la joya de la corona”.
El mérito de Lalo Rivera fue lograr lo que sus adversarios no pudieron: aglutinar y sumar a su causa a diferentes corrientes, entre ellas: yunquistas, morenovallistas, neopanistas y algunos descarriados.
Si esta unión se logra mantener, cumpliendo acuerdos y respetando cuotas, el grupo que respalde a Rivera Pérez en 2024 será sólido, por el contrario, si se incumplen los acuerdos y se dinamita esta unión, será difícil lograr que todos los panistas se comprometan con el proyecto para llegar a Casa Aguayo.
La llegada de Augusta y Marcos al PAN estatal ha fortalecido al proyecto de Rivera Pérez, dependerá de los riveristas continuar edificando y fortaleciendo lazos.
San Lázaro, el refugio
Para Genoveva Huerta y su equipo, los resultados de este fin de semana les permiten regresar a la Cámara de Diputados y desde ahí construir un proyecto político que más allá de la constitucional reelección aumente la presencia de los panistas en Puebla.
Decirles que una férrea participación en tribuna, gestiones que beneficien a los poblanos y trabajo en tierra, serán la fórmula para recuperar el terreno, resulta obvio pero quizá necesiten escucharlo.