Xavier López Chabelo cumplió hace poco los 87 años con una longevidad que se ha vuelto parte de la cultura del meme, aunque es de conocimiento popular que le arrebataron la vida a finales de 2015, año en que se canceló En familia con Chabelo desde el Foro 2.

Las razones pudieron ser muchas para el fin del familiar programa dominical de variedades, pero la realidad pura y dura es que dejó de ser rentable ante el éxodo masivo de los anunciantes premium para los niños: comida chatarra.

Estas cenizas provienen del fuego del 2013 que significó la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes de Peña Nieto, personaje que tuvo la cortesía presidencial de enviarle una carta de agradecimiento a Chabelo por sus 48 años de programa.

Como parte de la estrategia la Secretaría de Salud, a través de la COFEPRIS, emitió las medidas regulatorias para la publicidad y el etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas, buscando proteger la salud de los menores al restringir los horarios en que la comida chatarra podía publicitarse en televisión.

Si le parece inoperante que un reglamento estipule que sábados y domingos de siete a siete no se pueden publicitar unos Chocorroles, no le sorprenderá saber que la medida tuvo un efecto nulo en los índices de obesidad infantil.

Eso sí, lo que arrastró fue a la totalidad de la barra infantil de programas nacionales para sustituirla con estridente material animado, de mayoría extranjero, al no encontrar los anunciantes grandes incentivos en publicitarse al lado de un señor de 8 décadas, en tirantes, si no era para venderles chucherías comestibles a los niños que lo veían.

¿Le parece irrelevante la desaparición de Chabelo? Llévese la reflexión de que la Rosa de Guadalupe es el programa que más ven los infantes desde 2018, medido por Nielsen.

Garabatear trozos de ley por nuestros legisladores –¡Aumentemos las penas! – tiene los efectos propios de quien se mete entre las patas del caballo sin saber que hacer una vez ahí debajo.

La expresión de barbarie que se vivió en el partido de fútbol de Querétaro contra Atlas ha sido ligada al consumo desmedido de alcohol en una correlación sin causalidad. ¿El consumo excesivo de alcohol atrae conductas antisociales y toma de decisiones impulsivas? Por supuesto. ¿Para organizar un asalto consensuado y gansteril? Usted respóndase solo.

Por supuesto que es sencillísimo simplificar las cosas y apuntar a un chivo expiatorio que catalice los enojos de un mal sistémico, ya en Puebla el presidente municipal Lalo Rivera esgrimió posible una regulación en la venta de bebidas alcohólicas en uno de esos manoteos por reflejo. Mientras, el presidente de la liga de fútbol especulaba con probar algunos partidos sin la presencia del alcohol–.

Si nos lo explican en un libro. Si viene con cargas morales, sociales y políticas. Si lo hacemos cada que “es una ocasión especial”. Si no nos lo enseñan desde pequeños y de la mano de nuestros padres o tutores… no sabremos cómo actuar en el momento de la verdad en el mundo real de la adultez.

Y me refiero al acto de votar y vivir una democracia, misma que debe fomentarse desde los colegios en la votación de planillas escolares y el hogar con votaciones vecinales; pero con el alcohol es la misma historia.

Cierto del alcohol, es una droga y como tal su dependencia y consumo son determinados por el contexto social de su obtención y consumo. Cierto también que su abuso embrutece y envilece, pero una sociedad jamás madurará si se le trata eternamente como un inútil o un adolescente.

Como hilo conductor tenemos a Mikel Arriola Peñalosa, quien fuera titular de COFEPRIS en aquellos momentos, y ahora despacha, claro, como presidente de la máxima liga de futbol nacional. Ahora veremos si la bebe o la derrama.