Turbulento es el mejor adjetivo para describir los mercados globales, aunque los superlativos nos están quedando cortos semestre tras semestre. Tomemos el café para ejemplificar estos vaivenes.
Primero, el efecto climatológico de La Niña retrasó manifiestamente las lluvias para Sudamérica, trayendo sensibles retrasos a las cosechas de Brasil y Colombia, productores 1 y 2, respectivamente, de café de especialidad en el mundo. Minas Gerais, el estado brasileño de mayor producción, con 1/3 del total, recibió tan solo la mitad de la lluvia anual.
A esta calamidad se sumó una atípica helada en julio, como no se habían visto desde 1994, que tumbó las capacidades de Brasil para los siguientes tres años. Traído al día de hoy, para dimensionar, Colombia redujo en ¼ toda su exportación mientras que los precios internacionales llegaban niveles no vistos en casi 15 años.
Usted pudiera pensar que precios altos traerían notorios beneficios a los cafeticultores del mundo, pero estos han sido pingues si no es que inexistentes. Así los negocios de las materias primas que cotizan en mercados globales, en nuestro caso y para nuestra referencia en la Bolsa de Nueva York, junto a los leoninos abusos de las grandes empresas acopiadoras. Para muestra un botón en la vecina Veracruz.
Allá, en la importante zona cafetalera de Huatusco e Ixhuatlán del Café, una negociación entre la mayor acopiadora de café de la región, Agroindustrias de México S.A. (AMSA), con productores locales para levantar de $13 a $17.50 el kilo del aromático terminó en el provocado incendio de su planta procesadora y casi 12 días sin recibir café en plena cosecha.
El gremio cafetalero en Veracruz es tan organizado como mañoso, y ha enarbolado engañosamente la premisa de que se han esfumado 800 millones de pesos de los bolsillos de los productores por este incremento en los precios internacionales de los que hablábamos antes.
Esto derivó en el establecimiento de la veracruzana Comisión de Seguimiento de Precios del Café, misma que buscará monitorear los precios locales y nacionales para difundirlos entre sus miembros y otorgar poder de negociación. Saber que en regiones se pagaba a 6 pesos un producto tasado en 18 habla de la necesidad de parar los abusos.
El inoperante gobernador veracruzano, Cuitláhuac García, que por ineficaz ha visto levantamientos sociales de cañeros, ganaderos y citricultores por igual, acudió a la Federación para pedir ayuda.
A este clamor fue mandando el igualmente ineficaz subsecretario de autosuficiencia alimentaria de la federal Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Suárez Carrera, para tomar acuerdos como buscar crear una Comisión Nacional de Seguimiento de Precios del Café y, sic, controlar los precios nacionales.
De botepronto la iniciativa parecería consignada a sufrir el mismo destino que la Ley de Fomento a la Cafeticultura o el Instituto Nacional del Café. Esas propuestas, junto a una marca nacional y un padrón actualizado, fueron impulsadas desde el senado por Susana Harp Iturribarría.
La senadora oaxaqueña, que buscaba activamente la candidatura morenista por la gubernatura de Oaxaca, fue enviada a la banca junto a todas sus propuestas legislativas que le dieran visibilidad ante la decantación por Salomón Jara.
Para nuestra entidad el gobierno de Barbosa Huerta ha puesto muchas canicas en la cafeticultura, pero los números cuentan una realidad distinta al discurso oficial. Puebla fue del ‘20 al ’21 la entidad que más sembró nuevas superficies de café, con mil nuevas hectáreas y representando casi 8 de cada 10 nuevas parcelas en el país.
Eso sí, la cosecha de un año para otro sobre una superficie ligeramente mayor, tuvo una estrepitosa caída de 17 mil toneladas. El paso del Huracán Grace, la ineficacia de funcionarios, la inexistencia de una cultura cafetalera nacional o que a Chuchita la bolsearon, usted elija la excusa que mejor le acomode.