Como si fuera una película, en la Secretaría de Bienestar y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Puebla decidieron que era más fácil armar una nueva ley que ajustarse a la existente.
Al más fiel estilo de “El Varguitas” y luego de que El Intolerante diera a conocer que en la dependencia de Matías Rivero se incumplían los requisitos que exige la ley para jefes de área, alguien tuvo la brillante idea de simplemente cambiar los manuales.
Y así de un plumazo se decidió que en lugar de exigir que los servidores públicos sean personas preparadas y que demuestren su grado académico, ahora básicamente cualquier persona que haya concluido el bachillerato puede ser jefe de departamento o analista.
La ideota, que aún está en el limbo, contó con el aval de la Subcontralora de Evaluación y Control, quien autorizó que los niveles quedaran más “genéricos” para no tener problemas.
Pasaron de “exigir” licenciaturas y/o posgrado a sólo requerir niveles de: Licenciatura, bachillerato, pasantía y/o conocimiento en el campo técnico, administrativo o social.
No está mal que se abran más espacios laborales para quienes no cursaron una carrera o por distintas razones no se han titulado, lo cuestionable es que decidan ajustar la ley cada vez que alguien les señale sus fallas.
¿No sería mejor cumplir con ella y reparar el error en lugar de jugarle al Varguitas?
Por lo pronto hay mucho en la mesa.
Hasta hoy los empleados de confianza de la secretaría de Rivero continúan violando los manuales actuales porque aún no entra en vigor el nuevo texto.
Para que la modificación sea legal debe terminar un proceso que incluye, entre otras cosas, la firma de aprobación de la contralora.
Y muy seguramente será en ese escritorio donde acabará la intentona porque la contralora podría observar con lupa los cambios a los manuales.
Fue ella misma quien tomó cartas en el asunto y tras la denuncia de El Intolerante solicitó –a través de una circular- que todas la áreas revisaran si el personal cumplía con los perfiles que marca la ley.
Así que se aceptan apuestas, ¿cambiarán o no los manuales?
Veremos y diremos.