En el marco de las consultas por posibles violaciones de México al T-MEC, sería irresponsable no analizar los gravísimos riesgos para la economía nacional, derivados de las sanciones que podrían imponernos Estados Unidos y Canadá.

El T-MEC es un tratado con la misma jerarquía normativa que la Constitución, así lo marca su artículo 133 “Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley suprema de toda la Unión”.

La disputa con Estados Unidos y Canadá surge a partir del incumplimiento del gobierno de la 4T, al artículo 14.4 del T-MEC, mismo que norma que “cada Parte otorgará a los inversionistas de otra Parte un trato un trato no menos favorable que el que otorgue, en circunstancias similares, a sus propios inversionistas en lo referente al establecimiento, adquisición, expansión, administración, conducción, operación y venta u otra forma de disposición de inversiones”, siendo inversión cubierta “con respecto a una Parte, una inversión en su territorio de un inversionista de otra Parte que exista a partir de la fecha de entrada en vigor de este Tratado o que se haya establecido, adquirido o expandido posteriormente”.

De manera muy clara, esto quiere decir que el gobierno mexicano está obligado a garantizar el mismo trato para los inversionistas nacionales y extranjeros, cumpliendo el marco legal y normativo del T-MEC, mismo que al parecer no está dispuesto a cumplir, privilegiando su política energética misma que busca privilegiar a PEMEX y CFE, en materia de inversiones energéticas.

El falso discurso de la defensa de la soberanía nacional y una política energética ad hoc a los años setentas, en la que se asumen como enemigos de la inversión privada y de las en​​​​​​​ergías limpias, están poniendo en un grave riesgo la integración de la econ​​​​​​​omía mexicana en América del Norte.

De no lograr un acuerdo en las consultas con Estados Unidos y Canadá, las sanciones se pueden materializar en un aumento arancelario considerable en diversos sectores de nuestra economía, incluyendo el automotriz y el agroalimentario.

Es importante que usted conozca el tamaño y la importancia de la relación comercial con Estados Unidos y Canadá en materia agroalimentaria. México es el principal proveedor de alimentos de EUA, desde aquí importa el 22%, incluyendo 70% de hortalizas y 52% de frutas. Es también el principal destino de nuestras exportaciones agroalimentarias con un 85.7% del total de ellas, solamente en el 2021 el intercambio comercial en el sector entre ambos países ascendió a los 37 mil 953 mdd, equivalente a 1.2 veces a toda la inversión extranjera directa recibida el año pasado.

La sociedad con Canadá no es menos importante, somos su segundo proveedor de alimentos con montos que ascienden a los 928 mdd.

De concretarse las sanciones para México por el incumplimiento a T-Mec el costo calculado oscilaría entre los 10 mil y 30 mil mdd, y según la consultora Bloomberg NEF el riesgo de fuga de inversión ascendería a los 22 mil mdd, el panorama económico para México en 2022 no es el más optimista, la economía mexicana crecerá 1.9% muy por debajo del promedio de América Latina, entre los países que más crecerán destacan Venezuela con un 10% y Colombia con un 6.5%, si al nulo crecimiento se le suman los altos niveles inflacionarios que aumentaron hasta el 8.2% en julio podemos afir​​​​​​​mar que la política económica de la 4T es un rotundo fracaso.

¡QUE LA SOBERBIA DE UNO NO IMPACTE EN LA CARTERA DE TODOS!