Tras el affaire político de la semana hay dos políticos que podrían aplicar el refrán que reza: “A río revuelto, ganancia de pescadores”.
Tanto Alejandro Armenta como el panista Eduardo Rivera están en camino de ser los grandes beneficiados tras el escandaloso informe de Ignacio Mier.
Y de estos dos políticos sin duda, Armenta nuevamente es —por varias razones— el principal beneficiario, entre ellas, la plenaria de los morenistas que lo ha puesto en las fotografías nacionales y en la antesala de uno de los puestos legislativos más codiciados en la política central.
Pero lo de Alejandro no es simplemente suerte. Armenta ha trabajado desde años atrás y muestra de ello es que desde hace meses se le adelantó a su primo Nacho y fue sumando a su causa los liderazgos políticos de todo el estado que se encontraban en estado de orfandad.
Esa acción, aunada a otras, ha generado que actualmente esté como puntero en las encuestas de entre todos los morenistas y por ello, no le urge destaparse ni alzar la mano, como han tenido que hacerlo otros suspirantes.
En el caso de Rivera Pérez, aunque el affaire Barbosa–Mier también le benefició, está claro que su pista es otra y que deberá esperar a que lleguen mejores vientos para subirse al tren de la gubernatura a través de su propio destape oficial.
Lalo deberá trabajar fuertemente en su posicionamiento en el interior del estado. Es claro que la ciudad ya la tiene, pero le falta hacer tierra en poblaciones en donde su nombre no suena.
¿La campaña de promoción turística le alcanzará para sumar bonos por Casa Aguayo?
Veremos y diremos.
AMLO mató esperanzas en El Pinabete
Las familias de los 10 mineros que quedaron atrapados en Sabinas, Coahuila, comprobaron en carne propia la indolencia del gobierno de la 4T que encabeza Andrés Manuel.
Sin acciones firmes ni concretas dejaron que 10 trabajadores de las minas de carbón que alimentan a la CFE de Manuel Bartlett quedaran ahogados y sepultados.
La advertencia de la semana pasada terminó por hacer mella en los deudos quienes accedieron a levantar el campamento, permitir las obras para la recuperación de los cuerpos -estimadas en 11 meses- y comenzar con los trámites para las indemnizaciones.
AMLO prometió en su mañanera que la reparación -como si existiera alguna cifra que pueda compensar la ausencia de un ser querido- sería mayor… pero fiel a su estilo se negó a explicar si sería mayor a los 100 mil pesos ofrecidos la semana pasada, si sería mayor a lo que marca la ley o si además de lo que la empresa está obligada a pagar también su administración daría un capital extra.
Eso sí, volvió a repetir su desgastado discurso sobre la pobreza que aqueja a las familias de los mineros.
A estas alturas y sin haber tenido contacto con ninguno de los desaparecidos es prácticamente imposible que se encuentren con vida, sin embargo, no debemos olvidar que desde un inicio las autoridades federales trataron de minimizar el caso y lejos de volcarse en las acciones para rescatarlos con vida, como en el histórico caso de Chile, simplemente dejaron que el tiempo pasara.
A pesar de todas las críticas que López Obrador lanzó a Felipe Calderón por el caso Pasta de Conchos, él no fue diferente y sumó 10 muertos más a su lista.