Durante la reunión trilateral de la semana pasada entre México, Estados Unidos y Canadá se trató un tema de alta relevancia, pero que en realidad no pasa de ser un chascarrillo interno: el medio ambiente.

Las afectaciones vienen por muchos lados en nuestro país, con deterioros para todos los gustos. Por ejemplo, la destrucción de la selva en la península yucateca para el Tren Maya, que atenta contra el patrimonio biocultural de la región y a lo que asignarle un monto de daño puede ser imposible.

O la quema de hidrocarburos por PEMEX ante la incapacidad de procesarlos. Ahí, tan solo en los campos de Quesqui e Ixachi – en Veracruz y Tabasco – se han quemado el equivalente a más de 300 millones de dólares.

Estos estragos a la nación tienen un solapador en común, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y su titular María Luisa Albores.

Tristemente, la dependencia no pasa de ser un ramplón instrumento del presidente para sus más variados propósitos.

Enarbola la pelea contra las mineras canadienses en el contexto del pleito energético, aunque deja pasar el desastre que causó Grupo México en Río Sonora. Claro, el dueño de la mayor empresa minera del país, Germán Larrea, ya es del agrado del presidente al adquirir Citibanamex y dejarlo en manos mexicanas, por lo que no pasa nada.

Solapar a los grandes empresarios parece su manda. La campaña de Limpiemos Nuestro México del millonario Ricardo Salinas, pese a existir gracias a “donaciones” de la SEMARNAT, parece haber desaparecido de los registros de su dependencia. Ya veremos si atiende el requerimiento del INAI.

De manera parecida al Tren Maya, la secretaria Albores González, también dobló las manos a otro proyecto constructor de la 4T con el aeropuerto de Tulum.

Ahí, el que será llamado Aeropuerto Internacional Felipe Carrillo Puerto, ha arrasado con más de 1.5 millones de árboles en un espacio de mil quinientas hectáreas, lo que no ha impedido que se le expida un visto bueno a su evaluación del impacto ambiental.

No omita un detalle, este será un aeropuerto administrado en su totalidad por el ejército. Verde, sí, pero verde olivo militar.

A esta total sumisión ante el presidente queda hacerse una duda, ¿qué beneficios obtendrá la secretaria Albores? Recuerde que quien fuera presidenta estatal de Morena en Puebla – allá en el lejano 2012 – ha levantado la mano para buscar ser candidata por la gubernatura poblana.

Podría suponerse que ver los movimientos adelantados de los dos candidatos más serios a la candidatura, Alejandro Armenta e Ignacio Mier, la han obligado a moverse para salir en la fotografía.

El día de ayer, la originaria de Ocosingo, Chiapas, hizo graciosa presencia en Palacio Nacional junto a su músculo político y social, la cooperativa Tosepan Titaniske de la Sierra Nororiental de nuestro estado. En lugar estelar de los regalos al presidente tuvimos una canastota de huevos criollos, ¿mensaje para el presidente de que sí los tiene bien puestos la secretaria Albores? Ya iremos viendo.