Como humanidad parte de nuestro futuro dependerá en lo que hagamos para construir algo más inteligente que nosotros. Hace lógica, nuestra principal limitación son nuestras limitaciones como humanos.

En los últimos meses ChatGPT, un robot conversacional (chatbot), ha dominado los titulares por su capacidad de entender y responder preguntas siguiendo la naturalidad de una conversación, alimentado de miles de millones de textos, procesados bajo una inteligencia artificial. Lo de “GPT” viene del inglés Generative Pre-trained Transformer, en español Transformador Preentrenado Generativo.

La limitante la verá luego luego.

Le entrenaron con el conjunto de libros que arman el aparato legislativo de EUA y pasó el examen de abogacía. Le pregunta sobre la receta de chiles en nogada y no indica capearlos, atreviéndose a sugerir adornar con cilantro.

Responde con lo que leyó de internet y otras fuentes, y usted sabe cómo está plagada la supercarretera de la información con desinformación.

Aún así, la nueva versión de este fantástico robot (que puede utilizar, en español, yendo a openai.com) se ha visto robustecido con una nueva versión hace unas semanas.

Esta versión cuenta con fabulosos avances. Le puede entregar una pregunta de hasta 25 mil preguntas (el Evangelio de San Lucas es de menos 20 mil), le puede pedir un chiste (con meme incluido), o le puedes dar una imagen y te puede decir lo que ahí está… ¿y todo eso para qué? Tomemos este último ejemplo.

La aplicación danesa Be My Eyes (Sé mis ojos) funciona a partir de voluntarios que reciben una videollamada o imágenes de alguien con debilidad visual para asistirlos describiendo lo que se encuentra ahí.

La aplicación hizo una alianza con ChatGPT para procesar las imágenes a través de esta inteligencia artificial. Pero no solamente las describe. En una fotografía de su refri, el robot le dice qué se encuentra por caducar y hasta qué recetas podría hacer con lo que tiene.

Duolingo, una aplicación utilizada para aprender nuevos idiomas, aprovechará el poder de ChatGPT 4 para generar conversaciones con “profesores nativos” que pueden entender los matices y contextos de alguien nuevo en el aprendizaje de una nueva lengua.

Los temas son más banales también. Varias compañías de videojuegos están incorporando estas tecnologías para generar conversaciones con personajes que no sean repetitivas, basándose en las personalidades de héroes y villanos.

¿Qué uso le podríamos dar los mexicanos y los poblanos a estos avances?

¿Entrenarlo en náhuatl, popoloca, tepehua, mazateco, totonaco, mixteco y zapoteco para preservar la riqueza cultural de nuestro estado mientras incorporamos a estos pueblos en la modernidad de los tiempos? Imagine subtítulos instantáneos para cualquier película en cartelera, o los libros más vendidos de las listas globales. Ahora piénselo en la otra vía en sentido contrario también.

¿Sentarlo con nuestras abuelas, madres y tías para describir las recetas y preparaciones que forman nuestra identidad? ¿Las leyendas y fábulas que describen nuestra sociedad? Los nuevos tiempos no vienen para destruir nuestras maneras de ser, sino para consolidar lo que somos… si las sabemos entender y aprovechar.