La inflación es uno de los cocos de este gobierno, golpeando la promesa de atender primero a los pobres. Se tiene poquito y de una manera u otra se debe de comer, cueste lo que cueste.
Para intentar detener esta ascendente espiral de precios el gobierno federal puso manos a la obra, implementando una serie de controvertidas medidas. Desde frenar la exportación de acero, para que los enlatados no subieran, hasta eliminar los requisitos fitosanitarios para importar productos.
Dentro de este conjunto de medidas –Paquete Contra la Inflación y la Carestía– existió una disposición que permitía la importación de maíz blanco, con el objetivo de frenar el aumento de la tortilla.
Entre la guerra en Ucrania y las logísticas sólo quedó un ofertante: Sudáfrica. Los industriales no se lo pensaron dos veces para comenzar a comprar insumos y proteger precios con un maíz libre de aranceles. Hoy, esa decisión tiene influencia en la negativa de los industriales de masa y tortilla para comprar los excedentes de maíz de Sinaloa.
¿Que los sudafricanos siembran maíz transgénico y eso es lo que importamos? Bueno, se pueden traicionar los principios en afán de cuidar al pueblo. O no. Dice que siempre no.
En plena conferencia mañanera el presidente informó este lunes que en próximos días se firmará un acuerdo para que las tortillerías del país solo utilicen maíz blanco no-transgénico. Una medida inútil, imposible de implementar, y que recaerá principalmente contra las tortillerías de las zonas más populares, quienes deben buscar los productos más baratos para salir arribita de tablas.
Podrá pensar que el presidente tuvo un lapsus y anda confirmando sus convicciones, pero lo cierto es que quiere tener municiones políticas y morales para la crisis que se le viene. Las consultas de controversias entre Estados Unidos, México y Canadá sobre el maíz modificado genéticamente, en el marco del TMEC, serán casi imposibles de ganar para nuestro país.
Cual dominó, la falta de rentabilidad de los productores mexicanos se sumará a otras piezas para un complejo 2024. Piezas entre las que está, por ejemplo, la liquidación de Financiera Rural, prestamista del estado para productores que tienen complicado solicitar un crédito en otro lado.
En Puebla la Secretaría de Desarrollo Rural junto a FIRA, otra institución del gobierno federal, colocó 574 millones de pesos en financiamiento el año pasado. Con esto entramos al top cinco de más créditos. Financiera Rural prestaba 6 mil millones a Sinaloa y el más bajito de su top cinco era de 3 mil millones.
Un trauma generacional nos hizo pensar que un peso fuerte contra el dólar es una buena señal, pero la realidad económica es más enredada. Los precios, convertidos a pesos y descontando inflación, han hecho muy atractivo importar en vez de comprar al mercado nacional, con los problemas correspondientes para los agricultores. De cien pesos te ahorras diez en el maíz, quince en el frijol, y veinte en el trigo; son empresarios, no mensos. El chahuistle anda cerca de la milpa nacional.