Aunque difícil de creer, este gobierno federal tiene un plan para nuestro país. Es más, con plan nos quedamos cortos. Es un proyecto, es para la nación, y, claro, es totalmente distinto a todo lo que antes nos habían ofertado. Es el Proyecto Alternativo de Nación 2018-2024.

El proyecto tiene la misma lógica que una carta a Los Reyes Magos de un niño mal portado; ya usted decidirá qué cosas nos trajeron y qué no. Pese a la inutilidad del documento, que no pasa de ser una lista de buenos deseos, el partido político MORENA ha comenzado el proceso de elaborar la siguiente edición de una saga que buscan perpetuar en la administración federal.

El Proyecto de Nación 2024-2030 –suponemos ya no es alternativo por unos cimientos tan sólidamente puestos– comenzó con el nombramiento de una muy ilustre comisión. 21 personajazos de la vida pública nacional, dicen ellos, que ayudarán a consolidar… algo. Imagínese, uno de los punto es “Relevo Generacional”, con una edad promedio en la comisión que le va pegando a las siete décadas.

Más allá de estas incongruencias, es de preocupación que la principal representación para la agricultura y la alimentación sea el actual subsecretario de autosuficiencia alimentaria, Víctor Suárez Carrera, quien no rebuzna por no saberse la tonada.

En días pasados Suárez Carrera salió a declarar que “México será el sepulcro de la revolución verde”. Ya sabe, la revolución agropecuaria que nos permitió crear víveres suficientes para alimentar a una población que rebasa los 8 mil millones de humanos. Sí, mal distribuido y sin llegar a todas las poblaciones vulnerables, pero esa es otra discusión.

Al mismo tiempo, el mediocre subsecretario ya comenzó a elaborar excusas para sus inalcanzables metas, reconociendo que no se podrá sustituir la totalidad de las importaciones de maíz, llegando apenas a producir 3 de cada 10 kilos necesarios; los demás que se aguanten. También es uno de los principales azuzadores en contra de los transgénicos, lo que nos ha llevado al panel controversias en el marco del tratado de libre comercio con Estados Unidos que vamos a perder sí o sí.

Además de la lucha contra el vecino, el gobierno federal ha decidido ensañarse contra los propios mexicanos con una reforma a la norma oficial de las tortillas (la 187) para prohibir el maíz transgénico en ellas.

Al ser hecha con las patas esta NOM es simplemente inaplicable, pues la COFEPRIS no cuenta con los laboratorios para realizar los análisis genéticos para hacerla cumplir. Un pequeño productor o cadena tortillera menos tendrá capacidad para las costosas pruebas de laboratorio.

¿Que qué clase de funcionarios de medio pelo pudieran estar detrás de medidas tan inoperantes? Uno de ellos el director de asuntos internacionales en la consejería jurídica de presidencia, esposo de la mentirosilla Liz Vilchis, y nuestro exsecretario de gobernación para la capital poblana. La experiencia de René Sánchez Galindo para evitar entradas ilegales está en la invasión de ambulantes en el Centro Histórico y colarse en la fila con su pareja para las votaciones internas de MORENA.