Las campañas se van calentando.
Las quejas e impugnaciones son el pan nuestro de cada día.
Las acusaciones entre candidatos y partidos pululan, dan nota en cada momento.
El tema de la inseguridad ha venido a enturbiar el proceso.
Por eso, las autoridades estatales y municipales, han tenido que salir a apaciguar las aguas y dar información al respecto, para evitar vacíos.
Y por eso mismo, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina salió a tomar el toro por los cuernos.
Su mensaje fue claro en rueda de prensa: no lucrar ni sacar raja política con el tema de la Seguridad Pública durante el proceso electoral.
Aseveró que las recientes ejecuciones en Puebla no tienen nada que ver con un tema político.
Por eso invitó a conducirse con altísima responsabilidad, “la ciudadanía se da cuenta”, señaló.
También salió con un fuerte mensaje el presidente municipal de Puebla, Adán Domínguez, quien hizo un llamado a la corresponsabilidad en la seguridad, al igual que lo hizo el gobernador.
“A nadie conviene festejar asesinatos…” puntualizó.
Pero quien hizo oídos sordos, fue el vocero de la coalición PAN-PRI-PRD, Javier Lozano, y hasta dijo que había ingobernabilidad en la entidad.
Pero, el delegado del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en Puebla, el senador José Ramón Enríquez, no se subió al ring.
Incluso, en una breve plática que tuvimos con el político, se limitó a señalar que las propuestas son la mejor respuesta y es lo que quiere la gente.
La guerra sigue.
Y esto apenas empieza.
Tiempo al tiempo.
Néstor, el redimido
Néstor Camarillo se salvó de la guillotina.
Movimiento Ciudadano, de la nada, lo perdonó y no ratificó su impugnación ante el Instituto Nacional Electoral (INE) que tiraría su candidatura al Senado.
Así, sin explicación alguna.
Pero el juicio popular ya tiene veredicto.
En el mismo se tacha al consentido de Alejandro Moreno “Alito” como mentiroso y tramposo, por hacerse pasar por indígena.
No hay vuelta atrás, pero, así llegará al Senado de la República.
Pero al parecer ese juicio, se lo pasa por el arco del triunfo o le vale simplemente.
Que “Alito” lo redima.