SEDENA creó una división completa con más de dos mil quinientas personas de las que hoy en día quedan doce. De las 30 instalaciones, 29 fueron desiertas. Todo costando norte de dos mil millones de pesos.
Hablamos por supuesto de los viveros de la Defensa Nacional, donde solamente queda activo el de Tapachula, el primero de ellos, con un mínimo de doce personas laborando. Nota, para este año «no se espera ninguna producción».
En base a una respuesta de transparencia al medio EMEEQUIS, SEDENA confirmó de puño y letra, desde Lomas de Sotelo, que el programa estrella para el campo de AMLO «Sembrando Vida» está enterrado y bien muerto.
Un etiquetado de huevos
Desde hace varias semanas las etiquetas tomaron la Suprema Corte, las que derivan de la nueva ley de etiquetado. Esa que se llevó de un plumazo a mascotas —como el Tigre Toño o la ardilla de las Chipiletas— y nos demostró a través de hexágonos las sabrosas porquerías que comemos.
A inicios de mes se le negó un amparo al grupo embotellador encabezado por Coca-Cola, mientras que hace unos días la Suprema bateó a Nutrisa, McCormick, Herdez y Del Fuerte.
Los argumentos de los quejosos para alzar las dos cejas. La lamentación iba contra la leyenda «contiene edulcorantes, no recomendable en niños», pues difama a su producto, afecta su derecho al honor, reputación e imagen. No de la Suprema, de la Tremenda Corte.
No obstante, otro etiquetado ha puesto nervioso al ecosistema agroindustrial de este país. Un etiquetado que afectaría mercados de varios miles de millones de dólares. Estamos hablando del etiquetado «Product of USA», o producto de la unión americana, una vez lo traduce uno.
Este etiquetado sería exclusivo para productos cárnicos o avícolas que hubieran nacido, sido criado, sacrificado y procesado del otro lado del Río Grande. Todo el ciclo. ¿Por?
Pues entre México y Estados Unidos aprovechamos las ventajas económicas de un lado y del otro. En México es más barato crecerlos hasta cierta edad. Y en Estados Unidos engordarlos.
Se estima que una medida como esta, ilegal en el contexto del tratado de libre comercio e impulsada por el secretario de agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, pueda generar una discriminación hacia los productos mexicanos. O canadienses, quienes consideran entrar la disputa.
Los números siempre dan contexto. Exportamos más de 2.2 mil millones de dólares de carne de res, pero el negocio para los ganaderos se complementa de otra exportación, de 555 millones de dólares, ganado bovino en pie. Listo para engordarse barato en Estados Unidos.
El gabacho es la capital mundial de las vacas, siendo el productor número uno mundo, con un volumen cinco veces el tamaño de México. Apenas 3 de cada 100 vacas globales son mexas.
Nos necesitan y los necesitamos. Entre ambos países intercambiamos más de 350 mil toneladas de res al año y así se logra generar riqueza.
México tiene todas las de ganar en esta disputa, que probablemente ni transite por el TMEC, pero por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Lo único que falta es que el gobierno se ponga las pilas, y que los mexicanos nos creamos a la altura del mundo.