El cinismo de Nacho Mier no tiene límites. El hoy senador por Morena se atrevió a tuitear sobre el nepotismo en el Poder Judicial señalando que la colocación de familiares genera corrupción, impunidad y ausencia de justicia.
Al morenista sólo se le olvidó un pequeño detalle: él también colocó a sus familiares directos en los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Mientras él despachó como diputado federal, su hija Daniela representaba a Morena con una plurinominal en el Congreso de Puebla. Al mismo tiempo, su hijo Nachito, también se beneficiaba de los acuerdos de su padre, quien lo hizo presidente municipal de Tecamachalco.
Y antes de que me digan que fue el pueblo bueno y sabio quien votó masivamente para lograr que Daniela fuera diputada plurinominal o que Nachito cobrara como primer regidor, déjenme recordarles que ambas posiciones fueron solicitadas, exigidas, por el propio Mier.
Para que lo entiendan los cuatroteistas, aplicó la misma regla que busca imponer Andrés Manuel con su falsa promesa de que los jueces y magistrados serán electos por el voto popular.
Cuando alguien de antemano ya ha realizado una preselección y te dice, de estos elige alguno, está claro que tú no estás decidiendo, que lo están haciendo otros y sólo te están y te estás engañando. Eso mismo aplica en estos dos casos.
Nadie duda que dentro del Poder Judicial existan muchas áreas de oportunidad, sin embargo, la reforma aprobada a trompicones, en sede alterna y a contrarreloj difícilmente podrá resolver uno solo de los problemas que hoy presenta.
La urgencia por cumplirle el capricho a López Obrador ha llevado a nuestros legisladores de la Cámara de Diputados a avalar una reforma que carece de cosas esenciales como un tiempo adecuado para su implementación o peor aún, de un presupuesto para hacer viable la locura de elegir a cientos, miles de jueces y magistrados en 2025.
Estas carencias, que deberían bastar para que no se apruebe en los términos planteados, no han sido suficientes para que los morenistas suelten su hueso, perdón su fe ciega, y planten cara o se opongan a tal aberración.
Ahora la papa caliente está en el Senado, donde la oposición se relame los bigotes ante el silencio y la ausencia del senador panista Miguel Ángel Yunes Márquez, quien cada vez se señala más como traidor que como héroe.
Pese a esta traición panista hubo quienes insistían en repetir en sus redes sociales que Acción Nacional se mantendría firme con el bloque opositor de 43 senadores que impediría que la Reforma Judicial sea aprobada.
“En #AcciónNacional estamos listos para dar la pelea en el Senado de la República; hoy más que nunca las y los senadores tienen que ser patriotas y atender las demandas de la gente, no del gobierno en turno”, afirmó la presidenta del PAN en Puebla, Augusta Díaz de Rivera, junto a un video colocado en “X”.
Lo hizo a la par de que la coordinadora de los senadores blanquiazules, Guadalupe Murguía, saliera a reconocer que no tenía comunicación con Yunes Márquez y ya de paso, que por favor, el senador dijera si mantenía su postura opositora o si la 4T -y un par de órdenes de aprehensión- ya lo habían doblegado.
Es increíble que el futuro de nuestro país esté en manos de un hombre “que no se ha comunicado”.
¿Cuántos Judas más aparecerán en las próximas horas?
Veremos y diremos.