Norma Layón lo volvió a hacer. Sin pena alguna, sin remordimiento, soltó una de esas frases lapidarias que pronuncian quienes se encuentran alejados de las necesidades del “pueblo”.

A la directora de Carreteras de Cuota Puebla le pareció que “no es tanto” esperar 20 minutos para que pase un transporte público, que traslade a quienes necesitan ir a su trabajo, escuela, casa e incluso al médico.

La insensibilidad de Norma es algo cotidiano. Ya la escuchamos hace unas semanas cuando soslayó que multarían a la concesionaria de la autopista a Atlixco tras un asalto masivo. De la seguridad para los conductores o el respaldo a las familias que fueron víctimas de los maleantes ni media palabra.

Layón es la misma persona que salió huyendo de San Baltazar Temaxcalac cuando un tanque elevado se desplomó y mató a dos personas 48 horas después de que ella misma inaugurara la obra. En esa ocasión le urgió más acallar los señalamientos por reutilizar un tanque cuya vida útil había concluido, que acompañar y garantizar una correcta indemnización a los deudos y heridos.

La falta de empatía está en su ADN, su nula sensibilidad como funcionaria pública ha salido a flote una y otra vez. Su personalidad contrasta con los principios tan pregonados de la 4T. Y eso es muy delicado porque Carreteras de Cuota Puebla requiere que la persona que la dirija pueda entender la complejidad y las necesidades de un sistema de transporte articulado como RUTA.

Norma contrasta con el oficio y la experiencia que vemos en Silvia Tanús, quien tiene muy claro que el problema del transporte público hay que enfrentarlo desde sus raíces.

Cuando tienes funcionarios como Silvia Tanús, como Juan Manuel Vega Rayet en una dependencia, se nota. Ayer escuchamos no sólo las medidas como la revista vehícular, sino también los incentivos para regularizarse y hasta las facilidades que se darán a quienes han cumplido con sus obligaciones, para adquirir un vehículo eléctrico sin pagar enganche.

Norma Layón olvidó el slogan morenista de “primero los pobres”. Demostró que su realidad y empatía están muy lejos de los miles de usuarios del transporte público.

Los 20 minutos, que para Norma “no son tantos”, nos lleva a la frase del inolvidable cronista y periodista Armando Ramírez que cerraba sus entregas diciendo: “Total, qué tanto es tantito”.

Facundo y Chalchihuapan

Para quienes aún tengan dudas de quién es Facundo Rosas y de los alcances que tuvo, así como de su responsabilidad en el caso Chalchihuapan, aquí les comparto uno de los pasajes más oscuros de su carrera y que cobró la vida de un menor.

En una cronología publicada en septiembre de 2014 enlistamos los momentos en que se dieron las órdenes, vía Blackberry, para que los elementos de la Policía Estatal lanzaran gases lacrimógenos y balas de goma contra los pobladores de Chalchihuapan, quienes habían tomado la autopista, en protesta por unas reformas morenovallistas.

La responsabilidad de Rosas y de sus mandos es clara, uno de ellos, por cierto es Marco Antonio Estrada López, entonces director de Grupos Especiales, y a quien detuvieron ordeñando.

Para respaldar las declaraciones del gobernador Armenta sobre el exsecretario de Seguridad Pública en tiempos de Rafael Moreno Valle, sólo hay que recurrir a la hemeroteca de Intolerancia Diario.