Pecar sin agarrar la pata
Resabio
Pecar sin agarrar la pata
Estamos atrapados en la cuerda floja de nuestras interacciones. Mientras disfrutamos del calor de un perro o un gato en nuestros regazos, reconozcamos la crudeza de las croquetas con las que los alimentamos.
Carlo E. Núñez