Mientras la bancada de Morena en el Congreso del Estado presume de transparencia, en la realidad es cuestionable que a la hora de presentar datos duros del Legislativo ante la prensa, de buenas a primeras apliquen la de “no sé y no me acuerdo”.

Ahí están los casos de los diputados Vicente Morales y Rubén Terán Águila, quienes pasan de la “desmemoria” y echan candado a información, sí, del propio Congreso.

Mientras Vicente Morales, presidente del Comité de Administración, aseguró desconocer el monto destinado para atender y prevenir casos de Covid-19 en el Legislativo, del otro lado “no cantan mal las rancheras”.

Pues Rubén Terán, además de ser el líder del Congreso, dijo que por acuerdo de la Junta de Coordinación ya no se darían detalles de la remodelación, que rondaría los 9 millones de pesos.

No cabe duda que la opacidad y la falta de transparencia es el sello personal de Morena, y en el Congreso bien se aplica la máxima de “dime de qué presumes y sabrás de qué careces”.

Una tras otra. (LS)

¿Sombrerazos en Cabildo de Tlaxcala?

Tal parece que los escándalos alrededor del gobierno del estado seguirán sin tregua, pues ahora en los corrillos del ayuntamiento capitalino cobra fuerza la versión que el cuñado de la mandataria, Lorena Cuéllar Cisneros, Raymundo Vázquez Conchas, se encaró con un presidente de comunidad.

Cuentan los que saben que el regidor al finalizar una sesión de Cabildo discutió acaloradamente con presidentes de comunidad, a quienes habría llamado “ignorantes” por votar iniciativas “sin conocer los temas de fondo”.

Y es que se cuenta que los ánimos se caldearon y no faltó quien ya buscara subir de nivel los “gritos y sombrerazos”.

Una “raya más al tigre”, de pena ajena. (LS)

Maestros, escudo humano del SNTE

Tremendo alboroto causó la integrante del SNTE en Tlaxcala, Gwendolynee Amaro Ramírez, luego que se filtraran audios donde el titular de la SEPE, Homero Meneses, ponía un alto a los desmanes y corrupción desde el gremio docente.

Y es que fue notoria la movilización de la base magisterial para “apoyar” a la integrante del sindicato, y detener actividades, claro, para sus intereses personales.

En los corrillos de la SEPE docentes y personal ya conocen el “jueguito” de Gwendolynee Amaro para hacerse la víctima, cuando sus negocitos se le caen.

Se cuenta que uno de los problemas que detonó el roce entre la SEPE y el SNTE fue la checada del personal mediante la impresión de su huella dactilar en los centros de adscripción.

Muchas dudas quedan luego que el hubiera pactos ocultos tras las negociaciones entre gobierno y sindicato, además, de buenas a primeras las aguas se calmaron y todo regresó a la “normalidad”.

Y más cuando a cuestas de la sindicalista pesan historias oscuras que van de cobros exorbitantes por roscas de reyes, plazas jineteadas y aviadores.

El pedazo de fichitas al interior del SNTE ya no sorprende, aunque sí decepciona que desde el gobierno del cambio todo siga como antes. (LS)