Después del escándalo que protagonizó la diputada local Alejandra Ramírez Ortiz en la Universidad Autónoma de Tlaxcala (UATx), dio la cara sólo para afirmar que no va a renunciar al Congreso.

¿El motivo?

Porque no le dan pensión para sus hijos, por lo que debe seguir trabajando.

Y es que la congruencia política de la diputada ha quedado trastocada luego de ser señala por presuntas agresiones físicas contra una integrante de la comunidad de la UATx.

Si bien la universidad resolvió suspenderla temporalmente y despedir a funcionarios institucionales que no atendieron el caso a tiempo, lo menos que se esperaba era que la diputada dejara el cargo.

Y es que es peligroso sacar a relucir el pago de pensiones cuando, más que un privilegio es una responsabilidad de los padres.

Tal parece que de un plumazo Alejandra Ramírez se despidió del 2024.

Mal y de malas. (LS)

Coeprist se cura en salud

Después de las quejas contra empleados de la Coeprist por presuntos casos de corrupción, la titular Mónica Yazmín Jiménez Gutiérrez, negó lo señalamientos.

Y es que la funcionaria aseguró que los señalamientos por moches, multas y tropelías contra negocios, son falsos y sin sustento.

Aseguró que se trata de lo contrario, que existen políticos o diputados que no toleran que se les cierre su negocio y prefieren señalarla por actos corruptos.

¿Será que el dardo envenenado tiene nombre y remitente?

Por lo mientras se dijo tranquila, porque no hay pruebas en su contra y que el gobierno ha recibido “jugosos” ingresos gracias a su trabajo, pues todas las multas llegan a las arcas estatales.

¿Será que el tiempo le dará la razón? (LS)