Desde la semana pasada, el paso de la comitiva estuvo visitando municipios del sur del estado o de la Mixteca poblana, donde fue recibida por miles de personas, sin embargo por primera vez en diez años no entró a la ciudad de Puebla.
Tras su paso por la ciudad de Atlixco, la carrera Antorcha Guadalupana partió durante las primeras horas de este día desde el convento de San Francisco, con rumbo al estado de Tlaxcala.
Por la tarde de este lunes dejó el estado de Puebla y llegó a Tlaxcala para visitar los municipios de San Pablo del Monte y Apizaco, luego retomará su recorrido por los municipios poblanos como Zacatlán, Huachinango y Teziutlán.
En Puebla, el mensaje de la carrera anual es “que se deje de criminalizar a los migrantes en Estados Unidos, quienes en su travesía son extorsionados no sólo por los Zetas, sino también por policías”.
La peregrinación de la Antorcha Guadalupana inició el pasado 3 de octubre en la Basílica de Guadalupe de la ciudad de México.
Para la edición 2011, la Antorcha Guadalupana México-Nueva York tiene por lema “Mensajeros por la dignidad de un pueblo dividido por la frontera”.
Más de 8 mil personas participan en este recorrido que durará 72 días pasando por nueve estados de la República, hasta llegar a la catedral de San Patricio en Estados Unidos el 12 de diciembre.
En Acatlán de Osorio fue recibida con júbilo y la fe de los católicos, así como por el párroco de la iglesia del Calvario del barrio de San Rafael, Amando Romo Sánchez.
Araceli Almague, migrante proveniente de Texas, Estados Unidos, señaló que lo más importante de la travesía es dar un mensaje de esperanza y peticiones a la misma Virgen, para que cuide a los mexicanos que intentan mejorar su vida lejos de su país.
“Represento a toda la gente en Estados Unidos, quienes pedimos un migración justa y un México sin violencia, significa mucha fe, he encontrado mucha gente que tiene un hijo allá y no la están pasando bien”, explicó.
En la mayoría de los lugares es recibida con porras, lágrimas y cantos a la Virgen de Guadalupe, además de constantes rezos en favor de los migrantes.
La mayoría de las personas que dan la bienvenida son adultas y menores de edad, quienes al paso de la imagen de la Virgen de Guadalupe cierran los ojos para persignarse con gran devoción, en algunos casos llegando al llanto por la emoción, al tiempo que otros lanzan confeti y pétalos de flores.