La emergencia sanitaria ha afectado a todos los sectores de la humanidad, incluso aquellos que están alejados de la sociedad como los Centros de Readaptación Social (Cereso).

Con el avance de los meses, los contagios llegaron a estos sitios que suelen padecer problemas de infraestructura en materia de salud.

Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) realizó un reportaje haciendo mención específica al penal de San Miguel, ubicado en Puebla, considerado como el segundo más peligroso a nivel nacional.

En este sitio, el organismo dio a conocer el caso de un reo identificado como Marco Antonio Lara, de 60 años, quien expuso su experiencia con el coronavirus dentro del penal al que catalogó como "La nave de la muerte".

El sujeto, quien lleva más de 20 años en San Miguel expuso que a finales de mayo del año pasado, dentro de su celda del área O-24, comenzó a estornudar; el resfriado lo obligó a recurrir, dos días después, al servicio médico.

De acuerdo con Marco Antonio, la doctora, sin realizarle pruebas médicas, lo mandó a la nave 3, es decir, el sitio donde estaban las personas con Covid-19.

El hombre, detalló que la nave 3, es conocida por los reos de San Miguel como “la nave de la muerte”, el lugar en donde eran confinados los contagiados por Covid-19 y del que pocos lograban sobrevivir.

El reportaje detalló el testimonio de Marco Antonio: el olor fétido acumulado del encierro de casi un centenar de personas, tres excusados y un mingitorio que el personal de la penitenciaría no lavaba.

Al llegar a dicha zona, Marco Antonio destacó que su cama no tenía cobija o sábana alguna. La nave era una estructura hecha de lámina; en las noches, el viento se filtraba a través de los huecos.

Los alimentos se los enviaban desde la cocina del penal en bolsas de plástico arrojadas al piso para no tener contacto con ellos.

“Pagábamos para que alguien nos ayudara con el aseo, pero nadie quería, así que con todo y los malestares, teníamos que hacerlo por nuestros propios medios”, recuerda Marco Antonio en entrevista.

Marco Antonio narra el calvario para que fuera trasladado a un hospital, donde todos los medicamentos fueron cubiertos por los familiares, por lo que se endeudaron con un crédito de 45 mil pesos, más gastos de comidas y traslados.

A mediados de julio, volvió a ser trasladado a un hospital, esta vez, al de La Margarita del Instituto Mexicano del Seguro Social. Ambos ingresos a los hospitales fueron gracias a que su familia lo aseguró.

Marco Antonio Lara señaló que a pesar de la gravedad de sus síntomas, como parte de la Covid-19 que contrajo en “la nave de la muerte”, la autoridad penitenciaria se negaba a trasladarlo al hospital.

Tras varios meses de dolor y angustia, sobrevivió, y ahora lucha por seguir mostrando su inocencia, postura que mantiene desde diciembre de 1999.

Soy inocente

Marco Antonio afirma que está encarcelado de manera “injusta”, según dice, pues en diciembre 1999 lo acusaron de un homicidio y un secuestro, que no pudieron ser acreditados con pruebas, salvo las declaraciones de los policías judiciales.

Desde que fue detenido no ha cesado de insistir en su inocencia y ha enviado peticiones durante 18 años a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), así como a los expresidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, para que se revise su caso.

“Yo no lo cometí, pero estoy fregándome con esta sentencia”.

Penal de San Miguel, poco transparente: MCCI

De acuerdo con MCCI, Marco Antonio Lara Franco es uno de los más de 3 mil contagiados en penales del país que lograron evadir la lista de los 256 fallecidos desde que comenzó la emergencia sanitaria hasta junio de 2021.

Datos proporcionados por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), señalan que hasta ahora, sólo se han vacunado al 18% del total de la población penitenciaria.

Los contagios y las defunciones por coronavirus se registraron en tres cuartas partes de ellos, la incidencia fue mayor en Ciudad de México, Baja California y Puebla.

Los indicadores de defunciones y contagios en Puebla son los segundos más altos del país, luego de la Ciudad de México, a pesar de que la población penitenciaria poblana es tres veces menor que la capitalina.

De acuerdo con MCCI, al intentar buscar una respuesta por parte de la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla, no hubo respuesta.

Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad destacó que el penal de San Miguel, es uno de los 288 que conforman el sistema penitenciario del país y considerado por tener mala fama por los actos negligencia durante los picos de la emergencia sanitaria.

El Penal de San Miguel, de acuerdo con MCCI, fue el segundo lugar de mayores defunciones entre los penales del país, sólo debajo del Reclusorio Oriente de la Ciudad de México.

Con información de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad