Aunque dijo que es difícil hacer un cálculo certero en ese tema particular, López Obrador no debe considerarse una sorpresa porque desde hace muchos meses era el candidato natural de la izquierda mexicana, aunque Marcelo Ebrard es considerado como la cabeza de la izquierda política moderna, “ahí veo un tema que influirá para el 2012, porque el jefe de Gobierno del Distrito Federal tiene un perfil más conciliador”.
Para el director de Ciencias Políticas de la UPAEP, la posibilidad de fractura que se manejó durante mucho tiempo en el país quedó descartada porque Marcelo Ebrard reconoció el triunfo de López Obrador, “y eso perfila a la izquierda mexicana a apoyar con todo a su caudillo, pero hay que ver si Andrés Manuel mantiene un gran potencial de voto que le alcance para competir fuertemente por la presidencia”.
Lo importante —agregó Guillén Reyes— es que la izquierda va unida a la contienda presidencial de 2012, porque entre los políticos de esa parte de la vida pública nacional hubo mucha inquietud de que ganara Marcelo Ebrard y que ante eso, López Obrador decidiera competir por el Partido del Trabajo y el Movimiento Ciudadano, algo que está descartado.
Para el politólogo será importante ver la negociación que logró el jefe de Gobierno del DF para él mismo y para sus colaboradores, “pero también será fundamental ver la posición de ‘Los Chuchos’, quienes tuvieron fuertes diferencias con López Obrador”, pero al parecer las negociaciones se lograron y todos se subirán al mismo proyecto en busca de la primera magistratura del país.
Para Guillén Reyes, la movilización de la maquinaria de la izquierda mexicana quedará desde ahora en manos de Andrés Manuel López Obrador, por lo que será importante ver cómo quedará la estructura que se conformará para la competencia electoral del próximo año, donde existe una clara ventaja del priismo sobre el resto de los partidos políticos.