San Bernardino Chalchihuapan despertó este sábado conmocionado como no lo hacía desde el pasado 9 de julio cuando una protesta ciudadana que exigía un Registro Civil fue acallada de manera violenta por la policía estatal y provocó la muerte del niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo.
A las 4:15 horas las campañas de la iglesia comenzaron a repicar, minutos antes personal de la Policía Ministerial del Estado (PME), apoyados por el grupo Antimotines de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), rompieron candados, facturaron chapas, rompieron puertas para catear varios domicilios en busca de presuntos participantes de los hechos del pasado 9 de julio, todos ellos con órdenes de aprehensión.
Golpeados, humillados y por más de doce horas desaparecidos, además de comparecer sin sus abogados defensores, los cinco detenidos de la comunidad de Chalchihuapan, rindieron su declaración preparatoria.
Florentino Tamayo Ponce, Raúl Contreras Montes, Vicente Juárez García, Álvaro García Xelhua y Fausto Montes, han pasado todo un calvario.
A diferencia, el secretario de Seguridad Pública Estatal, Facundo Rosas Rosas, sólo fue amonestado y multado por su actuación, a pesar de ser el funcionario que estuvo al mando y haber transmitido la orden del desalojo, mandatado por el gobernador Moreno Valle.
El viernes a las siete de la noche, el gobierno estatal trato de resarcir el daño a la madre del niño asesinado por un disparo de la policía, convocó a un evento en el Centro de Convenciones de Puebla, pero nadie asistió. (Con información de Alfonso Ponce de León, Francisco Sánchez, Mario Martell)