En lo que intentó ser una respuesta a lo publicado ayer en Intolerancia Diario, el secretario de Seguridad Pública en el estado, Ardelio Vargas Fosado, reconoció públicamente que sí es su voz la que se puede escuchar en la grabación que este día presentó esta casa editorial, además de que ordenó reprimir a los manifestantes de la UNTA y a un grupo de reporteros que cubría el evento en Chignahuapan.
En entrevista con reporteros, Vargas Fosado alcanzó a justificar la represión alegando: “cuando estoy operando tengo que actuar cuidando la integridad de mi gente y bueno, si no se identifican y no sé quiénes son pues con la pena; maestro, yo estoy operando y tengo que cuidar tanto la integridad física de mi gente como la operación que estoy realizando”.
El secretario de Seguridad Pública busca justificar el uso de la fuerza, bajo el argumento de que su gente se encontraba en peligro ante la “turba” que los atacó.
El argumento de Vargas tal vez sea valido, pero en nada explica por qué ordenó el que se atacase a los medios de comunicación, ni por qué se les quitó el material en donde se daba constancia de la forma en que se llevó a cabo el operativo en contra de los miembros de la UNTA.
No cabe duda de que Vargas Fosado atentó contra la libertad de expresión y los derechos humanos.
El dicho popular expresa que “el que nada debe, nada teme”. Si Vargas Fosado no hubiera incurrido en excesos durante el operativo, hoy los testimonios de los medios de comunicación hubieran sido los mejores testigos de los hechos que se presentaron en el día del desalojo en Chignahuapan, y serían el mejor argumento a favor de Vargas Fosado.
Queda claro que el secretario de Seguridad Pública en Puebla no tiene argumentos para justificar su embestida en contra de los medios de comunicación y la gente de la UNTA.
Pero esto en nada nos debe de extrañar, los antecedentes de Ardelio lo muestran como un hombre al que le gusta emplear la violencia. De hecho, antes de regresar a Puebla tenía antecedentes de lo sucedido en Atenco, cuando ocupaba un cargo en la Policía Federal Preventiva.
En Puebla, el peso de su forma de ejercer la ley se dejo ver en el desalojo de los comerciantes de la 46 Poniente que protestaban por el operativo realizado durante los primeros días de la administración estatal en su contra.
También lo saben los comerciantes de San Martín Texmelucan, del tianguis La Piedad y del mercado “La Fayuca”.
Así o más claro.