Una especie de paranoia está viviendo el secretario de Seguridad Pública Estatal, Facundo Rosas Rosas, luego del caso Chalchihuapan, ahora prohíbe a todo el que se le acerque tener un celular con el que pudieran grabar sus palabras.
Este martes, en las instalaciones de la Academia de la Policía Estatal, ubicada en la 10 Poniente, no solamente se cerró la calle por sus órdenes, sino que también se dio la orden de quitar los celulares y revisar maletas.
Y todo porque iba a arribar al lugar el azote de Chalchihuapan, Facundo Rosas.
En ese momento se les informó a los uniformados sobre la nueva orden de quitar los “aparatos del demonio”, para evitar espionajes.
Y es que en los últimos días en reuniones de la dependencia, sobre todo por los casos de despidos, han sido grabadas las palabras y promesas incumplidas de los funcionarios estatales, luego filtradas a la prensa.
También durante el tiempo que Facundo Rosas estuvo en la Academia, no dejaron salir a los policías, ni siquiera para tomar alimentos.
Ya en la reunión, con el Grupo A de la Policía Estatal, habló sobre las cientos de bajas o despidos contra elementos policiacos, los que dijo no hay marcha atrás y a aquel que no le parezca, pues se puede ir a los tribunales a ampararse.
Pero burlonamente les dijo que no les va a servir de nada, ya que perdieron toda posibilidad al no pasar las pruebas de control y confianza.
De este modo y sin celulares, Facundo Rosas pretende acallar las voces de sus elementos, quienes buscan desesperadamente obtener cada uno su prueba, ya que aseguran son manipuladas.
Pero las mismas están bajo llave.
Al menos por un tiempo.
 
El candidato
Pareciera una broma que el secretario de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial (SDRSOT) esté buscando nuevamente ser diputado, pero ahora federal.
Y es que el funcionario estatal está apostando por la mala memoria de los electores de que en las pasadas elecciones locales fue un candidato “Juanito”, que luego de ganar la contienda política prefirió (por órdenes) regresar al gabinete del gobernador Moreno Valle, que ocupar la diputación local.
Incluso en esos tiempos fue cuestionado sobre su permanencia en el gabinete, que sólo le interesaba trabajar en el cargo que ocupaba en la Secretaría de Desarrollo Social.
—¿Va a dejar el cargo que tiene para integrarse a la próxima Legislatura? —se le cuestionó.
—Estamos trabajando ahorita con todo el entusiasmo en la secretaría del Desarrollo Social.
—¿Usted será el primer diputado “juanito”? —se insistió.
—Estamos con la responsabilidad de la Secretaría de Desarrollo Social. Gracias.
Ahora, el flamante candidato nuevamente ha tapizado con anuncios espectaculares el oriente del estado, desde la zona de Amozoc en adelante, con una publicidad de un medio de comunicación hechizo.
¿Ahora si buscará quedarse en la diputación o ya de plano le gustó eso de ser “Juanito”?
El tiempo y Casa Puebla lo dirán. Él sólo está para servirles.
 
¿Y los derechos humanos?
Grave situación guardan las comisiones nacional y estatal de Derechos Humanos sobre el caso Chalchihuapan.
Ambas instituciones, pero sobre todo la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), no han emitido ninguna postura a cerca de dos semanas de que supuestamente el gobierno del estado cumpliera con la recomendación.
El silencio del aún presidente nacional, Raúl Plascencia Villanueva, es notoriamente por su aspiración a reelegirse.
Cualquier postura lo decapitaría.
Por eso, mejor el silencio.
Mientras tanto, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, a cargo de Adolfo López Badillo, ha mantenido la postura del silencio, con la excusa que el caso Chalchihuapan lo lleva la CNDH.
¿Pero y las Cholulas? ¿Y los detenidos por gasoductos?
Señor Badillo, no todo es Chalchihuapan.
De pena ajena.