En la Comisión de Derechos Humanos, sigue la guadaña pasando a diestra y siniestra contra los trabajadores.

Y eso que está a unos meses de terminar la gestión de Adolfo López Badillo, pero los despidos no cesan.

Apenas hace unas semanas fueron dados de baja, el auxiliar administrativo de informática, la delegada en Cuetzalan, supuestamente porque estaban filtrando información.

Sin embargo algunos consentidos del señor López ahí continúan, hagan lo que hagan.

Parece que la paranoia que se sufrió en esta administración del organismo no acabará hasta el 29 de junio, último día de su gestión de terror.

Pasará a la historia como una de las etapas más negras de la CDH y no lo digo yo, lo dicen los números.

Les daremos más detalles en otras entregas.

Tiempo al tiempo

Una verdadera papa caliente llamada Puebla será la que tome el ganador de la elección del próximo domingo.

Como quien dice, sacarse a rifa del tigre, por lo que se tiene muchísimo trabajo encima.

Y es que Puebla vive en materia de inseguridad altos índices tanto en percepción, como en lo cotidiano.

Por lo mismo, el mayor reclamo es que haya un verdadero trabajo de seguridad, para que se vuelva a caminar tranquilo por todo el Estado.

Huachicol, ejecuciones, asaltos, secuestros, crimen organizado y ahora hasta cobros de piso, además de asaltos constantes en todos lados, desde las calles, carreteras o en restaurantes, es lo que se está viviendo en Puebla.

Por eso desde este lunes 3 de junio, quien gane la elección, va a tener que empezar a trabajar en una labor titánica para empezar a enfriar esa papa caliente.

Quien ya de plano ha iniciado una campaña mediática en busca de reflectores, es el diputado local, Oswaldo Jiménez.

Todo con miras en primera instancia a la dirigencia estatal del PAN y en segunda a la presidencia municipal.

En las últimas semanas busca a los reporteros para hacer declaraciones a diestra y siniestra.

Pero también trama disparates en plenas campañas, como la destitución de la presidenta municipal Claudia Rivera Vivanco.

Al legislador se le ve desesperado por llamar la atención y ser la voz cantante de su partido a falta de cuadros.

Ahora habrá que esperar a ver qué pasa con su tío político y padrino Tony Gali, quien tiene en sus proyectos regresar al mismo puesto que ocupó hace unos años.

Se ve a Oswaldo como el intento de una avanzada hacia el proyecto galicista, porque realmente al legislador no le alcanza para llegar a una primera regiduría en Puebla.

Pero hay quienes dicen que anda soberbio y ya se la está creyendo solito que sí podría.

En su ladrillo, dicen los que saben.

¿Será?

Ya una vez alzó la mano para ocupar la secretaría general del PAN, pero fue desechado para poner a Francisco Fraile.

Aprovechará el mal trabajo de Fraile en su instituto político –que es de pena ajena-, pero ese es otro tema.

Por lo tanto, la insistencia de Oswaldo Jiménez seguirá en los próximos días y semanas, sobre todo después de las elecciones del domingo en las que se vaticina una debacle panista.

No hay que perderlo de vista.

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