Ya que el gobierno electo en Puebla está resuelto a investigar y castigar todo acto de corrupción, bien haría en hacer una auditoría al ejercicio fiscal del ayuntamiento de Tehuacán, presidido por Felipe Patjane, el autodenominado ‘hijo político’ de Luis Miguel Barbosa, el gobernador electo.
Patjane cometió la imprudencia de hacerse fotografiar con su prometida, la aún funcionaria del gobierno municipal, Paulina Vargas Sobrado al momento de presumir el anillo de compromiso con un helicóptero a las espaldas de ambos, con lo que se hizo correr la versión de que habría sido rentado y utilizado para que una vez en el aire, se hiciera formal la petición de matrimonio.
La falta de astucia política de parte del edil de Tehuacán no fue la de establecer una relación sentimental con una servidora pública del gobierno que él mismo preside, sino de haber dejado que la imagen se conociera unas horas antes de la llegada de Andrés Manuel López Obrador a San Martín Texmelucan y Atlixco, el viernes 21.
El presidente de México y el gobernador electo han tenido un discurso consistente en la condena a la opulencia, el dispendio y la corrupción del que Patjane no se enteró. Y los errores en política suelen pagarse con altos réditos, como es el caso.
La línea discursiva tiene aún más significado en Puebla, el estado en el que se supo del uso excesivo del Agusta por parte de Rafael Moreno Valle, el ex mandatario que paradójicamente pereció cuando un aparato del mismo modelo cayó a tierra el 24 de diciembre.
En su más reciente gira de agradecimiento, Barbosa anticipó una investigación sobre el uso de aparato, el origen del dinero para el alquiler o el propietario. Independientemente de los orígenes auténticos del tema, Patjane ya está en el blanco de la sospecha.
Por eso es pertinente subrayar la existencia de un acuerdo con el pequeño grupo con el que gobierna la ciudad: la simulación. A mediados de noviembre del año pasado hubo una charla sostenida entre el edil y sus colaboradores sobre la inconveniencia que suponía tener un salario bajo el principio de la austeridad republicana.
En un rincón del restaurante Casa Vieja, en torno de una mesa se inició la exploración de los mecanismos para tener ingresos de acuerdo con sus expectativas: un modesto salario como lo dicta la Cuarta Transformación... con un bono adicional.
La conversación se interrumpió en forma abrupta cuando los participantes entendieron que había oídos de más en esa íntima charla que buscaba abiertamente engañar a los auténticos impulsores de la Cuarta Transformación.
¿Soportará la administración de Felipe Patjane en Tehuacán una auditoría con rigor para deslindarlo de la sospecha de actuar ajeno a los principio de la justa medianía, cómo lo ha dicho permanentemente Andrés Manuel López Obrador?
Pronto, la respuesta.