Después de algunos días de polémica, el programa de fotomultas regresará a Puebla; y aunque a nadie le agrada pagar de más, la propuesta de volver a castigar a quienes superen los límites de velocidad tiene tintes destacables, así como tres puntos importantes a depurar para darle un verdadero sentido de seguridad a estas infracciones: costos razonables, revisión de los límites de velocidad y transparencia en los ingresos captados.

Este lunes, la secretaria de Planeación y Finanzas, María Teresa Castro Corro, anunció que se realizará una licitación para elegir a una empresa que sea la encargada de operar el programa de la foto infracción. Y aunque Autotraffic no está impedida para participar, sus antecedentes parecen condenarla al exilio.

"El programa no está suspendido, sólo se está buscando una contratación con las mejores condiciones", fue parte de la declaración ante medios.

Como ya lo dije, tres son los puntos medulares que en teoría debe contener la convocatoria para las empresas participantes: un programa que contemple multas con montos razonables para así garantizar que se trata de salvar vidas, más no de recaudar y enriquecer a unos cuantos; revisión de los límites de velocidad para evitar que las vías rápidas se conviertan en desfiles de tortugas y en estacionamientos; y transparentar cuánto se recauda y en qué se van a utilizar esos recursos.

La continuidad en el programa de fotomultas refleja también que Miguel Barbosa ha reflexionado y analizado los beneficios de este sistema de sanciones que definitivamente logró reducir tanto los accidentes como las muertes viales.

Y si de pedir se trata, recomiendo que en las dependencias donde se haga el cobro de las fotomultas exista una ventanilla que permita la revisión de casos excepcionales, como los de urgencias médicas o por el rebase mínimo de los límites de velocidad.

Por la mañana, en su acostumbrado tuit matutino, Miguel Barbosa se refirió a los actos de inseguridad que todos los días se presentan en el estado.

Desde los feminicidios hasta el robo de relojes en los estacionamientos de centros comerciales, pasando por los homicidios y asaltos.

La violencia en nuestra sociedad es muy alta, derrotémosla en todos los frentes para vivir en paz. La impunidad o el no castigo a los delitos incrementa la violencia, me comprometo a que ningún infractor se quedará sin castigo. Pronto se verá. El Estado está a prueba”.

Así de fuerte, valiente y atrevida fue la frase del gobernador.

El reto es mayúsculo, pero también es justo lo que exigíamos los poblanos. Un gobernador que asumiera las riendas de la seguridad en la entidad. Se requiere, claro está, de ministerios públicos comprometidos de jueces incorruptibles y de peritos que hagan su trabajo de manera exhaustiva, pero también de una sociedad que esté comprometida a denunciar y a alzar la voz cuando la corrupción salga a flote.

Miguel Barbosa ha empeñado su palabra y asegura que los índices de inseguridad que padecemos un día sí y otro también, serán parte de una terrible etapa que con el trabajo de todos quedará atrás.

Por el bien de los más de 6 millones que habitamos en esta entidad, deseo que así sea.

Veremos y diremos.