Al igual que con el tema Audi, donde ahora muchos “descubren” fraudes millonarios, en pocos días habremos de ver un nuevo escándalo por otro de los despilfarros morenovallistas: El Chiquihuite.
La remodelación que Rafael ordenó del estadio Cuauhtémoc, realizada hace ya cuatro años, estará en el ojo del huracán y sin duda saldrán muchos a decir que han encontrado tremendas irregularidades.
Antes de que diputados y activistas comiencen a descubrir el “hilo negro” les queremos facilitar el trabajo.
Desde que iniciaron las obras en el Cuauhtémoc Intolerancia Diario documentó una serie de irregularidades, comenzando por el sobre costo. Aquí un breve resumen.
Inicialmente se habló de una inversión de 566.5 millones de pesos; sin embargo, y como en casi todas las obras de Rafael, al final los poblanos pagamos unos 114 millones de pesos extras.
El aumento en el precio no es la única irregularidad que no vio la Auditoría. Los materiales que se utilizaron para la construcción de El Chiquihuite fueron de pésima calidad y durabilidad. No habían pasado ni 45 días de su reinauguración cuando unos ligeros vientos desprendieron las micas que lo recubrían.
Para tapar la estafa y como buenos “maistros”, los encargados de la obra, parcharon con pedazos de lona los huecos que se formaron.
Las butacas también resultaron un fraude. La afición de Monterrey, en un acto vandálico, puso al descubierto la ínfima calidad. En teoría los asientos no deberían ser inflamables; sin embargo, la porra norteña logró hacer una hoguera con ellos y esa imagen dio vueltas en televisión nacional.
Ahora, de comprobarse que los asientos no cumplen con la norma de seguridad, representaría un riesgo para los aficionados y claro está, habrá que volver a invertir en una obra que Moreno Valle presumió a su estilo, con bombo y platillo.
Como muchas más de las faraónicas, la obra morenovallista nunca fue auditada, así que ahora que le pondrán la lupa, lo más seguro es que aparezcan las irregularidades que nosotros denunciamos en su tiempo, cuando gobernaba Moreno Valle, no después como lo hacen algunos.
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AMLO, un morenovallista disfrazado
¿Recuerdan cómo fueron los desfiles del 5 de Mayo en el gobierno de Moreno Valle, cuando los carros alegóricos llevaban La Estrella de Puebla, El Barroco, y El CIS?, pues ayer hubo quien le copió y fue el propio Andrés Manuel, quien no mostró obras, pero si su ego de la “Cuarta Transformación”.
El desfile por el inicio de la Independencia se convirtió en un vivo promocional de la 4T, ya que mezcló Independencia, Reforma y Revolución, y claro él como representante principal de su Cuarta Transformación.
Estamos viendo a un morenovallista disfrazado, vestido de presidente de la República, publicitando su ego.
Al igual que Rafael, hay un detalle en la comunicación que no podemos pasar por alto. La arenga y los fuegos pirotécnicos fueron transmitidos en cadena nacional a través de una señal supervisada o acaso ¿Alguien piensa que las tomas de personas gritando “sí se pudo”, “no estás sólo o “es un honor estar con Obrador”, fueron espontaneas? ¿Le recuerda a alguien?
También habrá que cuestionar con total seriedad ¿qué pasó? con las arengas en El Grito, ya que si bien fueron 20, borró a los luchadores de la guerra de Independencia. Nunca se escuchó que mencionara a Ignacio Aldama, a Mariano Matamoros o Mariano Abasolo; quienes formaban parte de la lista original de insurgentes.
Al parecer AMLO será un imitador de Salinas, Fox y Calderón que alteraron las arengas… y hasta de Peña quien intentó hacer un corazón con las manos, aunque en esta ocasión le bastó un autoabrazo.
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La buena… relación
De todos los mensajes que el domingo y el lunes se dieron durante los festejos patrios hay uno que no se puede dejar al margen. A través de un tuit, Miguel Barbosa, informó que estuvo en el convite del Ayuntamiento de Puebla y de la relación con la alcaldesa Claudia Rivera.
“Recuperamos la sana relación entre ambos órdenes de gobierno en la entidad, tan olvidada y desgastada en los últimos años”, muy claro y por el bien de los capitalinos deseo que así sea, que por fin el trabajo en conjunto en pro de los capitalinos pese más que los intereses mezquinos de anteriores gobernantes.
Veremos y diremos.